B720 – Fermín Vázquez Arquitectos, en la rehabilitación de la antigua fábrica de Simon, recupera la potente estructura original de hormigón del interior y del exterior del edificio y, sobre la retícula limpia de huecos de las fachadas, encaja unos casetones de aluminio extrusionado que, además de resolver los problemas de estanqueidad y aislamiento para lograr el confort necesario, consigue, a través del detalle y la calidad en la ejecución, una imagen representativa –serena y clásica– para la nueva sede corporativa de la empresa.
Fotografía: Rafael Vargas
El texto que a continuación aparece en azul, procede de una conversación entre Fermín Vázquez, autor del proyecto, con Berta Blasco y José María Marzo, de Tectónica.
Tectónica: ¿Cómo comienza la relación con Simon?¿Habían decidido ya que iban a rehabilitar la fábrica de Poblenou?
B720 – Fermín Vázquez Arquitectos. Fermín Vázquez: Sí, el edificio es una antigua factoría de Simón, yo creo que eso es parte del interés del proyecto. La fábrica, de 1958, era obra de Agustín Borrell, un gran arquitecto de Barcelona, pero había quedado un poco obsoleta y se habían ido de allí hacía ya tiempo a unas oficinas en el Ensanche, un proyecto que está muy bien, que había hecho para Simón Clotet & Paricio. Había que tomar una decisión de qué hacer con este edificio, y parecía que el distrito 22@, justo donde estaba en Poblenou, se había reactivado.
Plano de situación
El edificio se había convertido en un espacio de actividades y presentaciones, era una especie de showroom muy interesante de luminarias, en el que Toni Arola había hecho una instalación muy bonita. Y en ese momento de plantearse qué hacían, si trasladaban la sede, etcétera, alguien les habló bien de nosotros y tuvimos una reunión con ellos. Nos pidieron un análisis de viabilidad, e hicimos un estudio serio de propuesta. Creo que no fue la única que pidieron, pero al final les pareció mejor nuestra manera de abordar el asunto.
Lo tuvimos clarísimo desde un primer momento que aquello debería recuperarse; que el edificio fabril era perfectamente rehabilitable y transformable en una sede corporativa.
Y al final, ya tomada la decisión de que el edificio se rehabilitaba, se nos dio un programa bastante exhaustivo de todas sus necesidades como sede corporativa, también sede del grupo familiar y de showroom, con espacio que permita tener acciones de carácter más cultural o del mundo del diseño y convertirse en un destino interesante de conocer.
Collage fotográfico con la imagen de la fachada antes de la intervención y después con los huecos completamente diáfanos. Fotografía: Rafael Vargas.
Planta 0. Baja. Ver PDF
Planta 0. Baja. Estado inicial
Planta 1
T.: ¿Era habitual en Poblenou que las fábricas tuvieran una tipología en altura, como es este edificio?
F. V.: En Poblenou no es raro, encontrar edificios de naves apiladas. La estructura estaba en buenas condiciones en general, precisamente porque como la actividad inicial era pesada, estaba algo sobredimensionada. Sí había una última planta que era distinta estructuralmente y estaba en peores condiciones.
De todos modos, sí hubo que hacer un análisis a fondo del estado de conservación, también por la época en la que se construyó en el que los materiales no tenían los mismos niveles de calidad, las armaduras lisas, pilares de sección pequeña…; se hizo alguna reparación puntual y luego, por supuesto, se aplicó a todos los elementos unos tratamientos protectores para parar cualquier proceso de carbonatación y sellar la estructura.
Para nosotros era muy importante que la estructura se manifestase, se conservara y se viera, que quedara igual de expuesta que estuvo siempre, e incluso más, porque era lo que realmente se iba a quedar, porque todo lo demás, tanto carpinterías como plementerías, en general, tenía que desaparecer. Nos pareció una buena idea de proyecto que la estructura, que era lo determinante, fuera lo que se viese resaltado por la intervención.
Fotografía: Rafael Vargas
Fotografía: Rafael Vargas
Fotografía: Rafael Vargas
Planta 3. Planta tipo. Ver PDF
Planta 3. Planta tipo. Estado inicial
T: ¿Hubo que hacer modificaciones por exigencias de programa o para adecuarse a la normativa?
F. V.: Sí, por ejemplo, en la reorganización en planta hay dos cosas que se ven muy claramente: una es la desaparición de unos cuerpos añadidos en las fachadas que dan al patio, que aparecían como dos mochilas, de unos baños muy poco afortunados, que se habían añadido. Y luego, un núcleo con una gran escalera y un montacargas, muy desplazado, muy excéntrico, y con unas dimensiones que llamaban la atención, nada adecuado para un edificio como el que se quería conseguir, de oficina protocolar.
Ahora, en la nueva planta aparecen dos núcleos: Uno aprovecha el hueco existente del anterior, y otro se sitúa en el otro extremo de la planta. También, en la nueva propuesta se definen la entrada, las vías de evacuación perfectamente dimensionadas, los ascensores; o sea, que, aun manteniendo la misma estructura, se modifican las plantas para adecuarlas al uso diferente que van a tener. La planta es muy útil para ver todos estos cambios.
Secuencia de la intervención de las fachadas interiores: Se deja limpia la retícula estructural y se eliminan los volúmenes de aseos. Fotografía: Rafael Vargas
Fotografía: Eduardo Varas
F.V.: La estructura es la que yo creo explica toda la idea de Borrell de esta fachada que recoge las cargas de una manera muy elegante, que divide en pequeños pilares, parteluces, y eso, que era lo más interesante, se conserva y se muestra, y lo demás, toda la añadidura contemporánea es deliberadamente sofisticada porque tenía que ver con el mensaje que Simón quiere transmitir de compañía avanzada que viene de un pasado muy largo de fabricación de mecanismos –tiene más de un siglo de existencia– pero que no quiere parecer simplemente una fábrica, una marca tradicional, sino que se quiere proyectar al futuro.
Y la combinación de los dos mensajes era parte del proyecto: mantenemos este edificio, se muestra su estructura que ya se ve la edad que tiene pero que está bien pensada y bien hecha, y sobre ella aparece sobrepuesta esta nueva fachada, que la completa, que es muy avanzada técnicamente.
Secuencia de la rehabilitación de los huecos de fachada. Fotografía Rafael Vargas
FACHADA. El proyecto pretende aprovechar y resaltar los potenciales de la retícula de hormigón existente, liberándola de sus antiguos alféizares de obra y caducos cierres practicables. Como contrapunto a este rotundo y limpio entramado, la nueva piel se configura mediante módulos añadidos, a modo de “cassettes tecnológicos”, que se insertan entre los nervios de la trama para dotarla de unas contemporáneas prestaciones de confort. Así, un profundo marco de aluminio protege y regulariza el perímetro del hueco, integrando una barandilla de vidrio, a la vez que el nuevo cierre acristalado proporciona unas altas prestaciones de aislamiento y control solar, con los marcos escondidos detrás de las embocaduras perimetrales, dibujando así un vacío limpio en el cual la luz y los reflejos contrastan y ponen en valor la pátina y materialidad del hormigón. (De la Memoria del proyecto)
Fotografía Rafael Vargas
T.: Que son los “cassetes tecnológicos de aluminio” que superponéis en los vanos, ¿no?
F. V.: Sí, y también la idea del casete no solamente era un elemento técnicamente sofisticado y de altísimas prestaciones, sino que puede verse como alegoría de la actividad de la empresa: el componente que se fabrica y se inserta en un sistema, que está muy bien pensado y se produce industrialmente.
Y ese mismo proceso era el que hacíamos nosotros: la fachada es la adición de estos casetes, de estas piezas primorosamente diseñadas, ejecutadas y fabricadas y cómo se insertan en el esqueleto original, el esqueleto fabril, duro y antiguo, pero durable y sólido de la fábrica anterior.
T.: Y para facilitar ese encaje, ¿hay algún tipo de pieza que permitía que el elemento se ajustara a las pequeñas variaciones de dimensión de los huecos?
F. V.: La idea del casete original era la de un elemento que fuera mejorable. Teníamos en mente cómo se hacían los mecanismos en Simón: hay una base a la que se le pueden añadir componentes para lograr un resultado más o menos sofisticado. De hecho, en la idea original, la propuesta era más compleja porque se abría y se cerraba automáticamente, hacía una especie de gofre más neutro en el que casi no veías el vidrio, que desechamos porque era demasiado complejo para cumplir plazos y porque como nunca sería una fabricación de una serie larga, sino que se limitaba a 40 ó 50 unidades, económicamente era inviable.
Detalle constructivo, secciones vertical y horizontal de un fragmento de la fachada. (Leyenda en contenido para Suscriptor)
Al final, la solución se dividió en dos sistemas, una casete exterior que se pone por fuera y otra interior que se coloca por dentro, y solo con el ajuste de los vidrios ya era más que suficiente para que el comportamiento fuera excelente, y todos los componentes para absorber tolerancias, resolver estanqueidades, aislamientos, puentes, es algo que no se ve, que está entre la embocadura y la estructura. El diseño responde mucho a ese carácter técnico, pero hay un detalle que no lo es, estrictamente hablando: el texturado.
Fotografía: Rafael Vargas
T.: ¿Te refieres a las jambas, que tienen como unos acanalados?
F. V.: Exacto, son una extrusión hecha de manera ex profeso para el proyecto, que parece muy sencilla, pero que nos interesaban que estuviera muy bien. Es una extrusión que tiene unos dentados, para el que hicimos un montón de maquetas y modelos, y se hicieron pruebas in situ sobre cuál era el nivel de sombra adecuado… Queríamos logar un equilibrio entre diseñar un elemento muy avanzado, técnicamente novedoso, contemporáneo –y lo innovador parece que va vinculado a cosas ligeras–, y mostrar ese poso de calidad equivalente a las aspiraciones de la marca. Y de todo esto viene el que, creo, que es un elemento que tiene un poco de amaneramiento historicista, de búsqueda de la calidad perdida en los acabados. Cualquiera que se sube a la embocadura de un ascensor de un edificio bueno de los años 50 percibe la calidad material de lo que le envuelve, que ahora no encuentras en ningún sitio. Parece que se hubiera asentado una especie de miseria estipulada hacia cierto tipo de producción industrial que se aleja de lo artesano y se nota en la pérdida de cierta calidad material en las cosas. Hay una especie de necesidad de optimización, que, por otra parte, es muy buena en general, pero cuando se baja mínimamente la guardia, todo empieza a perder solidez. Se le ven las juntas y se abren las esquinas, se comban las planchas, se curvan, se aboyan.
Y en este proyecto estábamos interesados en la conservación de esas sensaciones que daba esa calidad tradicional de los objetos, incluso los de fabricación industrial.
Fotografía: Rafael Vargas
T.: Y además de mostrar la calidad de la pieza, porque ese estriado da más rigidez a la chapa, en el edificio hay una composición clásica de la fachada y ese acanalado o ranurado de la embocadura le da una categoría que se nota.
F. V.: Es deliberado, me alegra además que lo menciones porque es algo que puede parecer sutil, pero para nosotros no lo era. Estábamos completamente seguros de que se iba a notar mucho. La embocadura era muy importante, porque está el mundo lleno de remates de chapitas y de detalles cutres, y no, esto es de verdad. Y como dices tú, la acanaladura lo que está es dándole una rigidez muy superior a la habitual, lo que garantiza unos ingletes impecables, una planeidad absoluta, también la solidez, incluso digamos, hasta la acústica, porque cuando llueve no suena, incluso si hay una rozadura, habrá una cierta nobleza en la herida.
Fotografía Rafael Vargas
T.: Y desde dentro, cuando miras hacia afuera, se ve perfectamente ese tratamiento de superficie, que en el subconsciente relacionas con las pilastras.
F. V.: Yo creo que hay algo de utilización de un elemento rigidizador, técnico, de materialidad excelente, en un sentido ornamental. Darle un texturado que le da esta capa de embellecimiento clásico. Y sería clásico porque es verdad que muchas de estos recursos tienen que ver con mecanismos tradicionales para conseguir efectos que hoy en día conseguimos de otra manera. Así como hoy la industria te puede fabricar una cosa impecablemente plana, infinitamente brillante, en la antigüedad no era tan fácil estas cosas. Entonces, había mecanismos para ocultar la junta, la entrega, la transición, la rigidez, la verticalidad, la linealidad. Y mucho del ornamento tiene que ver con la manera de embellecer algo, manipulando de un modo que perdone ciertas imprecisiones. Utilizamos ese recurso clásico del estriado y la impecable precisión técnica de sistemas industriales modernos. Hay una especie de condensación del proyecto en ese hueco de ventana.
T.: Porque, además, volvemos a sus capacidades técnicas y es que esa embocadura resuelve problemas importantes, como el del puente térmico que está en el planteamiento de la estructura vista, que está astutamente solucionado porque tienes esa embocadura que la abraza y te permite meter el aislamiento.
F. V.: Sí, porque se debe garantizar el cumplimiento de una normativa obligada. Y eso nos lleva a que la estructura de fachada no se ve desde dentro, y como teníamos mucho interés en que los usuarios percibieran en los espacios interiores ese pasado industrial, lo que se hizo fue concentrarlo en los forjados, los techos que muestran las grandes vigas. En el interior, que es extraordinariamente confortable y cómodo, se ve la estructura, su escala, su desgaste, las huellas del tiempo a través de ese forjado.
Fotografía Rafael Vargas
También nos gusta mucho la percepción de la continuidad, esta secuencia de pequeñas pilastras que acompañan el recorrido y a través de las cuales la luz entra lateralmente, y todo impecablemente revestido. Ahí no ves la estructura, que sabes que está afuera, pero sí notas todo el peso de ese hormigón sobre tu cabeza.
T.: ¿Y ese forjado es una losa nervada?
F. V.: Es una losa sobre unas jácenas de canto bastante potente.
Fotografía: Rafael Vargas
Sección transversal AA. Estado original
Fotografía: Rafael Vargas
Fotografía: Rafael Vargas
Sección trasversal AA.
Collage. Construcción de la cubierta y gradas de la última planta. Fotografía: Rafael Vargas
T.: Y la última planta, que es de estructura de acero laminado, ¿estaba ya?
F. V.: Era una estructura nueva, que se añadió en un momento determinado y que se construyó de otra manera. Y esa fue la que, curiosamente, había que rehacer porque no se justificaba su conservación. Igual que la cubierta, de la que mantenemos el perfil previo, porque se pactó así con el Ayuntamiento.
Fotografía Rafael Vargas
Planta 5
Planta 6. Ático
Sí se hicieron recortes para vincular de una manera, yo creo interesante, los espacios, porque arriba hay dos programas casi opuestos en el sentido de privacidad y jerárquico: por un lado está la propiedad, que tiene sus salas de reuniones y del Consejo, y por otro, el gran espacio común, la cantina, espacio de reuniones y de celebraciones de todos los empleados. Entonces, para nosotros es bonito e interesante cómo los dos están compartiendo la planta, la mejor planta en cuanto que tiene mejores vistas y posibilidad de salir al exterior, las dos terrazas que ocupan esos huecos que se recortan, una más pequeña para dirección, y otra más grande para el personal, conectada directamente con el graderío y el espacio común y hace una especie de continuo espacial muy útil y operativo para todo tipo de eventos y vida social y de relación entre empleados o visitas.
Yo creo que es una de las cosas que quedó bien y también elegir cómo hacer esa sustracción, por dónde quitábamos y dónde utilizábamos el vacío.
Fotografía Rafael Vargas
T.: Y un último apunte: En la memoria se hace referencia a que, además de sede para Simon, también funciona como una infraestructura urbana ¿a qué te refieres?
F. V.: Simon tiene esa vocación de ofrecer lugar abierto en el que se pueda explicar sus productos, enseñarlos, mostrarlos, pero también quiere que su espacio esté integrado en el barrio, en la ciudad, disponible como infraestructura cultural; un lugar que propicie el encuentro. Y esa integración sí que estaba como parte del programa. Por eso esa planta baja es una planta baja singular, una planta baja en la que la transición desde la calle hasta el espacio interior, el patio interior, es muy transparente, muy abierta.
Autoría: b720 Fermín Vázquez Arquitectos
Localización: Barcelona
Colaboradores: Fermín Vázquez (arquitecto autor); Peco Mulet, Eduardo Varas, Pablo Garrido, Maialen Andiarena, Cristina Sánchez (equipo arquitectura b720); Toni Arola i Jordi Tamayo (interiorismo showroom), Katty Schiebeck (interiorismo oficinas), MMAS Lighting (iluminación), BIS Structures (estructuras), JG Ingenieros (instalaciones y dirección de obra de instalaciones), Local 4 (paisajismo), Dalmau + Morros (presupuesto y dirección de ejecución de obra), Coderch Acústica (acústica); Martí Avilés (Project management); Jordi Avilés (Coordinación de Seguridad y Salud)
Fotografías: Rafael Vargas
Empresa constructora: UTE Nova Seu Simon (Calaf Constructora / Agefred)
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Publicado: Jun 27, 2024