Jose María de Lapuerta y Paloma Campo se inventan un encargo y hacen una relectura tipológica del bloque de viviendas del ensanche madrileño con una propuesta rigurosa en lo técnico y sorprendente en lo formal, incorporando un cerramiento con vidrios curvos y dicroicos que van cambiando de color a lo largo del día, según la incidencia de la luz solar.
Foto: ©Imagen Subliminal (Miguel de Guzmán + Rocío Romero).
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Jose Maria de Lapuerta
Si hay algo que creo que pueda servir de ejemplo de este proyecto, sobre todo pensando en los arquitectos jóvenes, es cómo surgió el encargo. La historia tiene su gracia y creo que merece la pena contarla. Es bonita divertida y optimista.
El proyecto empieza en un bar de la calle Alcalá que se llamaba Geographic. Los camareros eran del Madrid y por ahí tuvimos alguna afinidad. Empezamos a hablar, y les comenté, pesando que eran los dueños del local, que en ese solar tenían una mina, que se podía subir siete plantas. Pero ellos estaban en régimen de alquiler, y así empezó el asunto. Resultó que la propiedad era de una señora de fuera de Madrid, fallecida sin descendencia y que había dejado sus bienes a la caridad, sin especificar benefactores. De acuerdo con el abogado encargado de gestionar la herencia, nos lanzamos a proponer un proyecto básico, con desarrollo de fachada 1:1, que presentamos al CIPHAN –Comisión Institucional para la Protección del Patrimonio Histórico, Artístico y Natural de Madrid– porque había una modificación en el plan general al abrir el patio hacia la calle lateral, cambio para el que argumentamos que era una tradición de la Escuela de Madrid, con ejemplos muy conocidos como son las viviendas de Gutiérrez Soto en la calle Miguel Ángel, y con los dibujos de esa propuesta lo pusimos a la venta un 1 de julio.
Pensábamos irnos de vacaciones, pero el 28 de julio ya lo había comprado una promotora que no conocíamos de nada y creyó en el proyecto: Tripali, y el proyecto, con algunas modificaciones menores, salió adelante.
De las decisiones que nosotros defendimos y mantuvimos hasta el final queremos destacar cómo resolvimos el interior de la manzana, que llamamos la geoda, y los huecos de la fachada hacia la calle Alcalá.
Plano de situación. Ver PDF
Un nuevo edificio en el Barrio de Salamanca tiene que estudiar los existentes, respetarlos, enmarcarlos. Pero, sobre todo, mejorarlos. Se trataba de diseñar un edificio dando a dos calles muy diferentes, por un lado, la calle Alcalá y por otro lado la calle Francisca Moreno. Todas las viviendas tenían que ser las mejores.
A la calle Alcalá la fachada es ordenada, obediente de la tradición vano-macizo de Madrid. Las ventanas son grandes correderas elevables de altas prestaciones y bastante sofisticadas en cuanto a su aislamiento y facilidad de apertura, que ocultan el marco desde el exterior, dando la sensación de un vidrio que desliza sobre la fachada de piedra. Por dentro, cuentan con un balcón, re-edición del balcón madrileño con cerrajería y pasamanos de madera.
Foto: ©Imagen Subliminal (Miguel de Guzmán + Rocío Romero).
La geoda
Frente a la alternativa más común de una manzana con patios interiores, con la que tienes media casa al interior, propusimos abrir la fachada interior hacia la calle lateral. Queríamos que esa fachada fuera especial, sorprendente e impactante dentro del caserío tradicional del barrio de Salamanca. Annette Gigon, de Gigon/Guyer, que es amiga, nos habló de un vidrio dicroico suizo que cambia de color según le dé el sol. Y fue el que utilizamos y por el que la fachada hacia el patio pasa de marrón oscuro a marrón claro o a verde chillón. Hay un vídeo muy bonito de Imagen Subliminal que deja una cámara fija y se ve cómo cambia a lo largo del día.
Planta tipo. Ver PDF
Alzado a calle Francisca Moreno. Ver PDF
En la fachada a Francisca Moreno la edificación se retranquea en un patio abierto a la calle de paños acristalados, una “geoda” tallada, que maximiza la luminosidad en las viviendas y potencia los efectos de matices, trampantojos y profundidad. Todas las viviendas, todas las habitaciones, son exteriores … la calle es ahora más soleada, más luminosa.
Foto: ©Imagen Subliminal (Miguel de Guzmán + Rocío Romero).
Los matices de colores y reflejos de los vidrios no son caprichosos. Los situados en la fachada sur están retranqueados y protegidos del sol directo de verano, mientras que los situados a norte se asoman hacia afuera, buscando la luz. Los vidrios curvos siguen la tradición de las bow windows que conseguían maximizar el espacio y la luz natural en el interior y en las fachadas superiores expuestas a oeste, se plantea una doble piel de lamas de vidrio con control solar, permitiendo las vistas de los tejados de Madrid.
Foto: ©Imagen Subliminal (Miguel de Guzmán + Rocío Romero).
“Tvitec System Glass fabricó el exclusivo acristalamiento curvado que instaló Proinller (Proyectos de Ingeniería Llerena). Se procesaron piezas curvadas por gravedad con tres radios distintos de curva para cada unidad. Los vidrios de seguridad 8+8m, con tamaños medios de 1600x1700 mm, están recubiertos por una capa Sunguard HP 50/32 para favorecer el ahorro energético y la confortabilidad en el interior”. Roberto Arias. Director de Comunicación de Tvitec.
Sección transversal a calle Francisca Moreno. Ver PDF
La fachada es entonces un jardín muy cuidado, con vegetación elegida para aportar color todo el año, una fuente, zonas estanciales, árboles adultos plantados como “ejemplares” de hoja caduca que protegen del sol en verano, matizan vistas, y permiten el sol en invierno.
Foto: ©Imagen Subliminal (Miguel de Guzmán + Rocío Romero).
Foto: ©Imagen Subliminal (Miguel de Guzmán + Rocío Romero).
Foto: ©Imagen Subliminal (Miguel de Guzmán + Rocío Romero).
Entreplanta. Ver PDF
Foto: ©Imagen Subliminal (Miguel de Guzmán + Rocío Romero).
Planta ático. Ver PDF
La fachada hacia la calle Alcalá
Y otro detalle que pensábamos daba un valor especial al edificio de viviendas, fueron los huecos hacia la calle Alcalá. Queríamos ofrecer unos balcones amplios, generosos. Para la solución nos fijamos en una obra de Herzog & de Meuron, una vivienda en la que los huecos se cierran con grandes paños que van en el aire (ver Tectónica), que nosotros hicimos con un vidrio triple. Si un hueco de balcón grande en Madrid es de 2,40 x 1,10 m ó 1,15, que se quedan en dos hojas de 60 cm, nosotros podíamos ir a huecos de 3 metros de altura por 1,50 m. Es el hueco de balcón más grande de Madrid. Es ofrecer lujo sólo por una dimensión.
Alzado a calle Alcalá. Ver PDF
Foto: ©Imagen Subliminal (Miguel de Guzmán + Rocío Romero).
La enseñanza que queremos transmitir es que muy pocas veces alguien llama a tu puerta a encargarte un proyecto. A nosotros, nunca nos ha pasado. Hay que salir a buscarlos y, como en esta ocasión, arriesgar tu trabajo y tiempo sin tener asegurado el proyecto. Al final ha sido un caso de éxito, pero podía seguir el cartel de ‘en venta’ colgado.
Autoría: Jose María de Lapuerta y Paloma Campo
Localización: Madrid
Colaboradores: Blanca Muñoz de la Espada, Lucía Ortiz de Galisteo y Adrián Úbeda Beltrán. (Arquitectos)
Fotografías: Imagen subliminal (Miguel de Guzmán + Rocío Romero)
Empresa constructora: Construcciones San Martín S.A.
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Publicado: Feb 3, 2022