Ljubljana, el diseño de una ciudad a escala humana por Jože Plečnik, Patrimonio de la Humanidad

La obra que el arquitecto Jože Plečnik llevó a cabo en Ljubljana entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial es un ejemplo de urbanismo centrado en las personas que transformó la identidad de la ciudad a partir de la disolución del imperio Austro Húngaro cuando, de una pequeña ciudad de provincias, pasó a ser la capital simbólica del pueblo esloveno.

El arquitecto Jože Plečnik contribuyó a esta transformación con su visión personal y profundamente humana de la ciudad, basada en un diálogo arquitectónico con la ciudad antigua a la vez que se adaptaba para servir a las necesidades de una sociedad moderna que emergía en el siglo XX.

Frente hacia el río. Fotografía: Matevž Paternoster. ©Museum and Galleries of Ljubljana, whc.unesco.org/en/documents/181322

La obra consiste en una serie de espacio públicos, plazas, parques, calles, bulevares, puentes) e instituciones públicas (la biblioteca nacional, iglesias, mercados, complejos funerarios) que estaban integrados de una manera muy sensible con el contexto preexistente, urbano, natural y cultural, contribuyendo a la nueva identidad de la ciudad.

Este enfoque urbanístico que prioriza el contexto y la escala humana, así como el particular lenguaje arquitectónica que Plečnik desarrolla, se distingue de los principios Arquitectura Moderna predominantes del momento. Es un caso excepcional de creación de espacios públicos, edificio y áreas ajardinadas de acuerdo a la visión de un único arquitecto dentro de un periodo de tiempo limitado, en un espacio concreto de una ciudad existente, y con recursos relativamente modestos.

Esclusas. Fotografía: Matevž Paternoster. ©Museum and Galleries of Ljubljana.whc.unesco.org/en/documents/181324

Dos ejes urbanos principales

Plečnik concibió para organizar la ciudad dos ejes urbanos: el eje de la tierra y el eje del agua, que constituyen las mejores representaciones del enfoque del arquitecto a la reorganización del espacio. Estos dos ejes están conectados por ejes transversales que ayudan a formar la red urbanística de la ciudad.

Los elementos arquitectónicos y los tipos de edificios se resumen y modernizan de forma innovadora, inspirándose sobre todo en arquitecturas clásicas, como la del Antiguo Egipto, la clásica, la barroca y la renacentista, así como las populares e incluso las relacionadas con las tradiciones de Oriente Medio y Extremo Oriente.

Perístilo de la Biblioteca Nacional, 1936-1941. Fotografía: Matevž Paternoster. ©Museum and Galleries of Ljubljana. whc.unesco.org/en/documents/181317

Los motivos comunes de expresión arquitectónica se utilizan libremente, pero los resultados son formas totalmente nuevas, originales e irrepetibles. Con una expresión arquitectónica distintiva marcada por la adición y la sustracción, la cobertura y la apertura, la alineación y graduación, la ciudad gana perspectivas, ambientes y acentos espaciales pintorescos. La síntesis de edificios antiguos y nuevos, espacios y zonas verdes representa una continuidad de la memoria de la ciudad y sirve para construir su nueva identidad. Como resultado de una expresión arquitectónica claramente reconocible, de gran riqueza formal y semántica, "La Ljubljana de Plečnik" representa una importante obra maestra del genio creativo humano de la primera mitad del siglo XX.

Textos de UNESCO/WORL HERITAGE, http://whc.unesco.org/en/list/1643

Monumentalidad y artesanía en la obra de Jože Plečnik

La formación de Jože Plečnik (1872-1957) estuvo ligada al arquitecto Otto Wagner, de quien fue discípulo predilecto, en la Wagnerschule, y a la Secesión vienesa. La construcción está en un momento de cambio en el que nuevas tecnologías propician una nueva arquitectura. El hormigón armado lo revoluciona todo (la Iglesia del Espíritu Santo en Ottakring, acabada en 1913, es una de las primeras obras de hormigón armado en Europa¹), pero para Plečnik “La tecnología no será (…) sino un instrumento, jamás un fin en sí mismo.²

A este conocimiento tecnológico, Plečnik suma un amplio conocimiento y admiración de la arquitectura romana, de la que extrae la grandiosidad y el orden, así como coincide con Ruskin en el aprecio a las texturas y cromatismos que los propios materiales ofrecen. Materiales y referencias se unen de manera ecléctica configurando un lenguaje personal y único que impregna desde el urbanismo –el Plan General de Ljubljana–, a la definición del edificio –fachadas, cubiertas, techos, carpinterías–, llegando a los detalles más pequeños como picaportes, barandillas…

Sala principal de la Biblioteca Nacional, 1936-1941. Fotografía: Matevž Paternoster. ©Museum and Galleries of Ljubljana. whc.unesco.org/en/documents/181318

En un momento inestable de búsqueda de nuevos lenguajes afirma en 1902:

“Yo he aullado, ahora ya no aullo más; me busco allí donde me encuentro. Como una araña, aspiro a tomar un hilo a la tradición y a partir de ella, a tejer mi propia tela”.³

En 1921 Jože Plečnik acepta la dirección de la Escuela de Arquitectura de Ljubljana. Tenía 50 años y una ya asentada experiencia, primero como diseñador en la fábrica de muebles Müller y luego como arquitecto con Otto Wagner en Viena.

Vista de la Biblioteca Nacional desde el Castillo. Fotografía: Matevž Paternoster. ©Museum and Galleries of Ljubljana. whc.unesco.org/en/documents/181316

La arquitectura más destacable de la ciudad debía mucho de su formalización a la influencia del barroco italiano. Monumentalidad y clasicismo que Plečnik admiraba. Por contrario, rechazaba la herencia vienesa de gran parte de la arquitectura del ochocientos por un sentimiento nacionalista a la que opone recursos procedentes del mundo rural y artesanal eslavo, como “el uso de la piedra en bruto, la mezcla de albañilería en piedra y ladrillo, los motivos de las chimeneas, los símbolos que señalan los dinteles de las entradas de las casas; o incluso los bajorrelieves cincelados sobre las vigas visibles, las incrustaciones decorativas en los revestimientos…⁴.

Iglesia de San Miguel. Fotografía: Matevž Paternoster. ©Museum and Galleries of Ljubljana. whc.unesco.org/en/documents/181325

Entre 1926 y 1928 Plečnik presentó el Plan General para la ciudad, que integraba soluciones de planes anteriores, pero introducía elementos paisajísticos nuevos, como el concepto de la Ciudad Jardín, un cinturón verde en el que se desarrollarían zonas residenciales nuevas. Su plan planteaba la estructura mayor, un marco general, y detallaba la variedad y diversidad de espacio privados y, entre ambos, se planteaba los intereses comunitarios proponiendo para ello mecanismos por lo que el Consejo de la Ciudad pudiera influir en un desarrollo equitativo de la ciudad.

Centro Cultural Krizanke, Patio, 1956. Fotografía: © Darinka Mladenovič en https://www.visitljubljana.com/en/poi/krizanke-summer-theatre/

Jože Plečnik diseñó calles, edificios, farolas; organizó desde el movimiento de personas y vehículos en la ciudad a espacios en los que descansar y admirar sus ríos a lo largo de toda su vida (de 1956 es el Centro Cultural Križanake). Su personal lenguaje tenía su mejor expresión en los edificios de carácter público en donde podía contar con recursos para cuidar todos los elementos que integraban su arquitectura, como una obra de arte total.

Descubrir Ljubljana, su urbanismo y todos los recursos arquitectónicos y decorativos de Plečnik, incluyendo el valor que otorgó al paisaje, al jardín, es una experiencia enriquecedora que ha permanecido muy protegida y reconocida por las diferentes autoridades que han pasado por la capital eslovena en las últimas décadas, y le ha valido el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO.

Notas

1.      Jože Plečnik . Arquitectura y Ciudad Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro, Bilbao 1986, pág. 12.

2.      Ibidem, pág. 12.

3.      Ibidem, pág. 15

4.      Jože Plečnik . Arquitecto (1872-1957) Dirección General para la Vivienda y Arquitectura M.O.P.U., Madrid, 1987. François Burkhardt, “Moderno, Postmoderno: ¿Una cuestión ética? Reflexiones sobre el valor moral en la obra de Jože Plečnik".