En la estrategia urbana que los equipos de arquitectura Straddle3 y Eulia Arkitektura proponen para recuperar solares residuales como dotación de viviendas sociales en los municipios, se enmarcan estas viviendas para jóvenes en Caldes de Montbui. En este caso, la propuesta va un paso más allá en la reutilización de contenedores marítimos, al introducir los paneles de madera contralaminada -CLT- como forjados que permiten crujías de mayor amplitud, enriqueciendo espacial y cualitativamente los interiores al dejar vista la madera. Imagen que se prolonga al exterior con lamas de pino termotratado que envuelven las fachadas y forman filtros para protección solar de balcones y galerías.
Fotografía: Adrià Goula
El texto que a continuación aparece en azul procede de una conversación entre uno de los autores del proyecto: David Juárez (Straddle3), con Berta Blasco y José María Marzo, de Tectónica.
Tectónica: Conociendo la trayectoria de los equipos que habéis desarrollado este proyecto, ¿fue iniciativa pública o una propuesta vuestra al ayuntamiento de Caldes de Montbui?
Straddle 3. David Juárez: En este caso, la iniciativa vino por parte del Ayuntamiento de Caldes de Montbui. El concejal de Vivienda y el encargado de la Oficina de Vivienda, los dos arquitectos de formación, Jordi Pruna y Jordi Martín, estaban haciendo una ronda de visitas a varios proyectos en Barcelona y fueron a ver edificio de APROP de Ciutat Vella que se estaba terminando.
Nos dijeron que, después de unos años en los que se había hecho muy poco tema de vivienda en el municipio, ellos, que era el primer año que gobernaban, tenían ganas de llevar adelante tres proyectos que eran muy diversos y representativos de distintas maneras de hacer. Uno era una cooperativa de vivienda, para el que habían visitado el proyecto de La Borda; otro, que fue el primero que se ejecutó, era una reforma relativamente sencilla de un edificio municipal para convertirlo en alojamiento temporal de emergencia, que curiosamente era el mismo programa que estábamos desarrollando con el edificio de APROP. Y el tercero que querían hacer era de vivienda para gente joven, y también iba a ser vivienda dotacional porque iba a estar en un suelo que estaba calificado como equipamiento, pero iba a ser de nueva planta. Visitaron APROP como al final del segundo mes y como vieron que en dos meses de puesta en obra se había hecho muchísimo, consideraron que la idea de los contenedores marítimos era una posibilidad, porque querían actuaciones rápidas que respondieran a la situación de emergencia habitacional del momento y no meterse en una promoción que durase siete u ocho años.
Plano de situación. Ver ampliado
Estado del solar antes de la construcción de las nuevas viviendas. Fotografía: Straddle3
Y básicamente por ahí empezamos. Caldes es una ciudad que está a una media hora de Barcelona, en un segundo extrarradio ya bastante rural, y el solar previsto era bastante pequeño. Lo de los contenedores era una idea que era interesante para ellos por la rapidez y quizás también incluso por temas de parámetros ecológicos o ambientales, pero de entrada nosotros vimos que el solar no se prestaba demasiado al uso de contenedores por una cuestión de dimensión. De todos modos, como el tema de los contenedores les gustaba, y a nosotros también porque el edificio de APROP estaba yendo bien y era una hipótesis que se había contrastado como viable, decidimos darle una oportunidad.
Todo esto junto con Eulia Arkitektura, despacho con el que llevamos el proyecto, que ya eran compañeros en todo el proceso de APROP. Entonces, estudiamos, sobre todo con Jon Begiristain, cómo, podíamos cortar los contenedores para acomodarlos a este solar tan pequeño.
Fases de la formalización constructiva: 01. Se dividen los contenedores 02.Se sitúan sobre la parcela 03. se intercalan paneles CLT horizontalmente entre ellos. 04. Se repite la operación en vertical completando el volumen.
Y así surgió algo que habíamos considerado durante el desarrollo de APROP, que era que, en lugar de hacer todo compacto y masivo de contenedores, usásemos los contenedores como si fueran una especie de caballetes sobre los que íbamos colocando tableros que, en este caso eran de CLT. Y esta idea encajaba mejor también porque había que meter un programa de vivienda, que básicamente aplicábamos lo que son los mínimos del decreto de habitabilidad catalán, intentando perder el mínimo de espacio en recorridos o distribuciones.
Axonometría de la propuesta en donde se distinguen los diferentes elementos que la configuran: containers de acero y paneles de madera de CLT.
Esta decisión nos permitió dibujar con la libertad de saber que no todas las crujías tenían que ser de 2,50 m, pero también nos obligó a plantear que, si cortábamos un contenedor en partes desiguales, teníamos que intentar utilizar las dos partes del contenedor, no solo una. No podíamos considerar que una parte iba a ser un mero residuo. Entonces nos encontramos con un “tetris” muy divertido.
Planta de la estructura de planta baja.
Y por ahí empezó esta parte de lo que sería más el encaje estructural, el encaje de elección de sistema constructivo. Al mismo tiempo, propusimos al Ayuntamiento que sería muy bonito que hubiese, en contraste con el proyecto, un proceso participativo con la gente que potencialmente podría llegar a habitarlo y en general con la ciudadanía de Caldes, lo que les pareció muy bien. Hay que decir que era un ayuntamiento joven en dos sentidos, en el sentido que acababan de empezar a gobernar, como quien dice, y en que en general, todo el equipo de gobierno eran gente muy joven. Era un equipo con ganas y, claro, cuando les propones que para hacer una vivienda pública para gente joven quieres implicar a esa gente en un proceso de codecisión y codiseño, les pareció perfecto.
Fotografía: Adrià Goula
El problema fue que en el momento en que estamos desarrollando un anteproyecto que servía de base para el proceso participativo vino la pandemia y surgieron dudas sobre si seguir con el proceso. Pero había muchas ganas, y se apostó por ello, y la respuesta también fue una señal de que era procedente, porque si montas una convocatoria como esta en un ayuntamiento que debe tener 12.000 habitantes y a pesar de la dificultad de comunicación y difusión que tiene estar en época de confinamiento, la gente se motiva y empieza a asistir a las reuniones, es que interesa.
Planta baja. Ver ampliada
T.: ¿Y a quién convocabais? ¿Era un grupo determinado, eran jóvenes o era una convocatoria abierta?
D. J.: Eran las dos cosas; por un lado, era una convocatoria abierta anunciada en los canales del Ayuntamiento para que todo el mundo se sintiese incluido, pero luego, el Departamento de Participación del Ayuntamiento, en el que había una técnica, una persona con muy buen criterio, hizo una labor más proactiva de ir a buscar a ciertos jóvenes que interesaba que estuviesen. Fue a los foros donde se encuentran los jóvenes de Caldes para que se acercasen al proyecto y fue un éxito porque vinieron con ganas.
Planta tipo. Ver ampliada
T.: ¿Y la asignación de las viviendas ya era una gestión del Ayuntamiento?
D. J.: Está bien bien que lo preguntes, porque nosotros estructuramos el proceso participativo en tres fases, en tres capas. Teníamos la base del anteproyecto que habíamos redactado, que era muy abierto a modificaciones, si no, no tendría sentido montar el proceso participativo, y las tres capas que habíamos definido eran una programática, los usos; otra arquitectónica, los espacios; y finalmente estaba la de gestión.
Estas tres capas tenían solapes porque, por ejemplo, decidir que se iba a sacrificar una vivienda de las nueve que cabían para hacer un espacio comunitario pertenecía a la capa de uso, espacial y de gestión. Pero sí que hicimos una jornada de cada una. Un día se centraba más en hablar de los usos y si alguien introducía una consideración espacial o arquitectónica, se aceptaba, pero se recordaba que la misión de ese día era intentar pactar y consensuar un esquema de usos. Por ejemplo, la gente planteó en la jornada de uso, precisamente después de haber vivido el confinamiento, que quería un balcón, que ya era una cuestión espacial. La capa de los usos y los espacios se mezclaba mucho. En la de gestión, que fue la última, se dedicó específicamente a trabajar cosas como la cuestión de cómo se adjudicarían las viviendas o cómo se gestionarían en el día a día, qué grado de autonomía tendrían los habitantes respecto al Ayuntamiento o cuáles serían los deberes y derechos de la parte de la propiedad, que es el Ayuntamiento, que al final es el último responsable de la gestión del edificio.
Sección por escalera y lucernario. Ver ampliada
Es muy interesante en esa capa de la gestión cómo se involucraron los representantes de la Asamblea de Joves de Caldes, la Asamblea de Jóvenes de Caldes, que venían incluso con unos esquemas diagramáticos de cómo se debería de realizar los criterios de puntuación y el proceso de adjudicación.Y no era en interés propio, era en interés social. Por ejemplo, aunque el arraigo era importante, planteaban que no superara a la cuestión de necesidad social; o sea, que, si una persona no tiene mucho arraigo o no tiene muchos años vividos en Caldes, pero tiene una situación, por ejemplo, de emancipación forzosa por problemas familiares, o incluso es una persona migrante que tiene necesidad de vivienda, que no le penalice la falta de arraigo. Y fueron bastante generosos a la hora de influir al Ayuntamiento para elevar más todavía la componente social de los criterios de adjudicación.
Nos damos cuenta de que en este tipo de proyectos estamos cultivando una especie de híbrido entre lo que es el cooperativismo y lo que es la vivienda pública, es la vivienda pública con filosofía cooperativista.
Fotografía: Adrià Goula
T.: Y cuando hablabas del codiseño, ¿en qué fase o en qué elementos se daba?
D. J.: Pues, por ejemplo, en el tema de los balcones, que no estaban en el anteproyecto de manera consciente porque proponíamos que se liberara un espacio común, que da a un jardín, que es del solar, y la promoción, además, tiene delante un parque estupendo. Antes del confinamiento nosotros pensábamos que deberíamos de dedicar el presupuesto a otras cosas y no a balcones. Sí proponíamos unas ventanas balconeras de arriba a abajo para que la vista fuera como la de un balcón, pero que no hubiera un vuelo del forjado. Este tipo de cosas es muy ejemplar de cómo se debatía en el proceso de codiseño. Una vez decidido que «balcones sí o sí», empezamos a dibujar unas propuestas de balcones, que no llegaban a un grado de detalle milimétrico ni nada, pero sí sugerían medidas y características.
Fotografía: Adrià Goula
Y esto es lo que llamamos la parte de codiseño, que también incluía la toma de decisiones, como fue la de si se montaba una pérgola, e incluso de si esa pérgola se iba a construir con ellos, o que el espacio exterior que no fuese privativo. Se decidió que no tuviera vallas, que fuera de la ciudad y para la ciudad.
T.: Hay una cosa que me intriga, que es el contenedor que está en bruto en uno de los laterales.
D.J.: Sí, es como un trastero unitario.
Fotografía: Adrià Goula
T.: ¿Y se va a dejar tal cual?
D.J.: Eso lo dejamos un poco al libre albedrío de los usuarios, pensando también que también en el futuro se puede tunear. Nosotros, originalmente, con una vocación arquitectónica esteticista, pensábamos en cómo tunearlo. Y nos lo imaginábamos, por ejemplo, con un mallazo encima y haciendo crecer una trepadora, pero llegó un momento en que hubo que hacer recortes importantes porque nos pilló la subida de materiales cuando ya estaba adjudicada la obra, y nos salió esa vena brutalista que, al final, nos gustó, y que explica también por qué los contenedores de dentro se ven pelados, aunque originalmente se iban a pintar.
Fotografía: Adrià Goula
T.: Es curioso, porque en el interior, cuando se cierran los paneles correderos se ve el contenedor y tiene algo como sofisticado y pedagógico el que se vea el objeto inicial.
D. J.: Esto tiene historia con un protagonista célebre que ahora os explico. Este proyecto está muy condicionado por las observaciones que nos hizo un arquitecto sobre el proyecto de APROP.
Voy a extenderme un poquito en la explicación. El proyecto de APROP tiene una característica: es que no se ve ni un centímetro cuadrado de contenedor porque todos los contenedores trabajan cien por cien estructuralmente, y, por lo tanto, se tiene que revestir, porque ni siquiera sirve cubrirlo con pintura intumescente porque no tiene masividad. La única manera de protegerlo es con una placa de yeso antifuego o similar.
Fotografía: Adrià Goula
Entonces, un día vino Carles Oliver, arquitecto del IBAVI, todo motivado porque le gustaba el rollo de los contenedores y le defraudó que no se viera nada de los contenedores y que al final acabara como una obra de placas de yeso. Y tenía toda la razón del mundo, aunque era una decisión consciente que se tomó junto con el Ayuntamiento porque en el caso de las viviendas de emergencia, que son para gente desahuciada, el hecho de que por dentro sea una vivienda normal era importante.
En Caldas nos quitamos la espinita del comentario de Carles y decidimos mostrar cómo está construido el edificio, y por dentro se ve no solamente el contenedor, sino que se deja la losa de CLT vista en la escalera.
Fotografía: Adrià Goula
De esta manera también se demuestra cómo con un mismo sistema constructivo se tiene diferentes resultados.
Pero esto fue posible también por una cuestión estructural, porque en el caso de APROP, estamos hablando de planta baja más cuatro, sobre un pórtico que libera la planta baja. En cambio, en Caldes estamos hablando de planta baja más dos y, además, los contenedores tocan el suelo. Gracias a eso podríamos despreciar la contribución a la estructura de ciertas partes de los contenedores, que era condición sine qua non para poder dejarlas vistas.
Fotografía: Straddle3
T.: Entonces, tras la fragmentación de los contenedores ¿no quedó ningún trozo sin utilizar?
D.J.: Me parece que sobraron dos que el Ayuntamiento dijo que los iba a convertir en un quiosco. Recapitulando: tenemos nueve contenedores. Tres de ellos van enteros, que son el núcleo de comunicaciones verticales. Y luego en cada planta hay dos viviendas estándar, las que llamamos viviendas de tipo 1, que dan a oeste, para las que se usa un trozo largo de contenedor de unos 7 m. Entonces nos sobran dos fragmentos de contenedor de 5 m que se utilizan en las viviendas de tipo 2. En las de tipo 1 el contendor alberga dormitorio, ropero y baño, y en las de tipo 2, sólo dormitorio.
Entonces, se ha utilizado seis fragmentos de 7 m y solo tres de los restos, y luego, uno ha quedado en el exterior, que ya hemos comentado que era un almacén, y el Ayuntamiento se ha quedado dos.
Sección forjados CLT. Ver ampliado
T.: Entrado en detalles de la construcción, el forjado de cubierta parece formado por perfiles metálicos.
D. J.: Antes de responder, hago un preámbulo, y es que en el proceso participativo decidimos respetar la idea del anteproyecto, que era hacer la cubierta no transitable. Algunos participantes decían que les gustaría tener una cubierta como solárium, pero había muchas razones en contra, entre otras, que el Ayuntamiento, que es promotor de una comunidad energética a nivel municipal, quería incorporar placas fotovoltaicas, además de temas de cargas, de ascensor y demás.
Sección transversal a la escalera
La primera opción era hacer la cubierta también de CLT, pero luego, como os decía, por temas económicos y también por ser coherentes con el proyecto, que es vivienda social, vivienda pública, y hay que defender cada euro, y, además, aprovechando la experiencia previa en APROP, propusimos colocar un tablero tricapa como tablero de cubierta, poner encima todas las capas de aislamiento y calcular unas correas metálicas para que se aguante, que es una solución mucho más económica.
Estructura de correas de acero de la cubierta.
Esa es la estructura de cubierta que va por encima de los contenedores, que está solamente en parte de las viviendas, que tienen el falso techo que va por dentro del contenedor, otro techo que es la chapa del contenedor y encima el verdadero techo estructural. Como al final la exigencia de ese techo estructural es pequeña, es en donde se puede ahorrar.
Los perfiles son de acero en C, industriales, y el tablero tricapa es el habitual de encofrar.
Sección paralela a la escalera.
T.: Y supongo que también responde a esta cuestión de optimizar las soluciones, en la sección aparece, en planta baja, en vez de CLT una chapa plegada, pero me imagino que no es un forjado colaborante ¿no?
D. J.: No es colaborante en el sentido de que no está conectada la chapa al hormigón. No hay pernos de conexión, aunque sí hay una capa mínima de hormigón. Trabaja por ella misma.
El forjado de planta baja se cambió. Originalmente era también CLT, pero por exigencias económicas y recortes, y también porque no es lo más seguro en contacto con el terreno, aunque tiene una cámara ventilada, se decidió esta solución.
Sección contenedor ambos sentidos. Ver ampliado
Fotografía: Straddle3
Sección contenedor escalera con lucernario. Ver ampliado
T.: Y en el plano de sección aparece un aislamiento debajo tanto de la chapa del contenedor como de esta chapa de planta baja ¿finalmente se colocó?
D. J.: Fue un proyectado porque había espacio para que pudiera entrar una persona, en el caso de la planta baja. Al final tampoco hay muchas alternativas y acabas recurriendo a soluciones viables, resistentes, de toda la vida.
T.: Y en los balcones, que están formados por el vuelo del forjado de CLT, hay también una capa de mortero o de hormigón de terminación ¿es así?
Sección forjado CLT por hueco balcón. Ver ampliado
D. J.: Sí es así, porque en el interior también hay una capa de hormigón, porque, aunque no se incluyera suelo radiante, como se había previsto, sí había que garantizar el tema acústico, que en prácticamente todos los edificios que conocíamos hasta entonces, recurrían al hormigón o a una combinación de arena y hormigón para poder resolver las exigencias de aislamiento acústico. Además, el hormigón, al ser tan plástico, nos ayudaba a resolver esas diferencias de niveles del contenedor y el CLT.
T.: ¿Y encima del CLT va una capa de aislamiento?
D. J.: Aislamiento de lana de vidrio de alta densidad, y encima de eso, hormigón y encima autonivelante sobre el que finalmente se coloca el pavimento, que es un laminado que lo cubre todo salvo el baño de que está habilitado para personas con diversidad funcional.
Fotografía: Straddle3
T.: ¿Y cómo está planteada la climatización?
D. J.: Está planteada como una instalación comunitaria, lo que nos permitió hacer la aerotermia para el agua caliente sanitaria y la climatización. El tema de climatización sí que funciona por unos fan coils y unos splits colocados. Y el tema del agua caliente sanitaria hay un depósito general para todos con un contador individual, que no es el contador de compañía.
La estrategia realmente es de reducir muchísimo el consumo. Hicimos ese trabajo con Societat Orgànica, que realizaron un estudio que concluyó con que la demanda, realmente, era muy limitada Visitando el edificio se nota que tiene buen comportamiento térmico y nosotros contamos que esos fan coils tendrán un régimen de uso muy bajo.
Aquí hay un tema que es recurrente, que es que estas arquitecturas ligeras y en seco no ofrecen inercia térmica y, normalmente, lo que nos está pasando es que vamos sobrados de aislamiento, muy por encima de las exigencias del código técnico o el decreto de ecoeficiencia catalán, y en los proyectos que estamos desarrollando ahora, nos estamos planteando usar un pavimento muy pesado, o incluso sobredimensionar el revestimiento en paredes para aportar más inercia térmica.
El edificio de Caldes no es que tenga una gran inercia térmica, pero creo que sí que se nota que la combinación entre aislamiento y la inercia que le proporciona el forjado y etcétera, proporciona un buen confort térmico en los días de calor.
Fotografía: Adrià Goula
T.: Y cuando decís que la cubierta se dejó no transitable para poder poner paneles solares, ¿finalmente pusisteis paneles solares?
D. J.: Nosotros no lo pusimos dentro de lo que era la contrata original, pero el Ayuntamiento los habrá puesto ya, seguro, porque es muy activo con el tema fotovoltaico y, de hecho, al mismo concejal que era nuestro interlocutor político principal, le he visto dar una conferencia en la Universidad de Barcelona, en un congreso sobre temas de comunidades energéticas, y la verdad es que fue muy bien como lo hizo y realmente mostraba un trabajo muy sólido. El Ayuntamiento ha sido pionero tanto en declarar la emergencia climática como en tomar medidas al respecto.
Autoría: David Juárez Latimer-Knowles (Straddle3) / Jon Begiristain Mitxelena (Eulia Arkitektura)
Localización: Caldes de Montbui
Colaboradores: Héctor González Linares, Mikel Mujika, Merve Dadas; Ordeic (Ingeniería); Óscar Villafranca (Arquitectura técnica); Societat Orgànica (Consultoría de sostenibilidad)
Fotografías: Adrià Goula
Empresa constructora: Bosch Pascual
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Publicado: Sep 29, 2024