Cuando diseñamos viviendas pensamos en la vida que se va a desarrollar dentro de ellas, en las escaleras, en el patio, en la calle a la que se vuelcan y en la ciudad en la que se inscribe.
El edificio se aprovecha de una condición fronteriza entre la Villa de Vallecas y el Ensanche (PAU) de Vallecas. Dos escalas y dos maneras diferentes de hacer ciudad; el crecimiento orgánico en torno a las vías de comunicación y la ciudad planificada con criterios estadísticos.
Nuestra actitud en este proyecto fue sacar el máximo partido a esta situación. Las calles y aceras del PAU, anchas y arboladas, permiten que el sol entre en todas las casas. De villa de Vallecas tomamos la diversidad formal, que favorece el disfrute del paseo al hacerlo más variado e inesperado, y la importancia de la vida en la calle potenciada por la diversidad de usos de la planta baja: vivienda, jardín, comercio.
Hacia la calle el edificio avanza con sus materiales vidrio y revoco. En la visión lejana esta articulación de volúmenes blancos y oscuros o reflectantes sugiere una multiplicidad de edificaciones de una misma familia; como el adosamiento de las casas en un pueblo donde no siempre se respeta la alineación y las alturas. Los retranqueos permiten crear pequeños jardines que difuminan la frontera de la alineación y de este modo del límite entre lo público y lo privado.
Imaginamos una vivienda en la que nos gustara vivir; LUMINOSA Y EXHIBICIONISTA para quedar con los amigos, decían unos, ÍNTIMA Y EN PENUMBRA, decían otros. Una vivienda amplia dónde el espacio común fuera el protagonista. Un salón-estar que fuera una terraza cuando el clima es apropiado. De modo que no se pierdan metros cuadrados en invierno y se disfrute en verano de una terraza de las dimensiones de un salón. Esta idea la materializamos diseñando grandes ventanales con apertura en esquina. De esta forma la sensación espacial de la vivienda se ampliaba hasta el horizonte.
Buscamos hacer viviendas pasantes con ventilación cruzada para una mejor disipación del calor en verano. Además, los materiales utilizados se ajustan a las necesidades del proyecto tanto técnicas, como presupuestarias, estéticas y programáticas. Para los cerramientos opacos se recurre a un Sistema de Aislamiento por el Exterior (SATE) que minimiza los puentes térmicos, con acabado de revoco blanco y negro que con su contraste nos ayudaba a potenciar la idea de diversidad volumétrica hacia la ciudad.
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