Guardería en Autun. Tectoniques

Tectoniques

Un proyecto camaleónico

El centro infantil de Autun es una excepción en la producción arquitectónica de Tectoniques. Un edificio de una sola planta con planta en L cubierto con una tapa reflectante e iridiscente, supone un presencia sorprendente en los alrededores y estructuras paisajísticas de la zona, de una manera jovial, en un paisaje urbano pobremente realizado.
El exterior en ángulo, oscuro, contrasta con el suave, redondeado y colorido interior, en el que algunas fachadas se abren al exterior y otras se mantienen opacas por privacidad.
Esta generosa instalación cubre 1400m2 y contiene una guardería con 90 plazas (divididas en tres secciones) y un centro que proporciona servicio a los niños. Espacioso y confortable para sus usuarios, el edificio crea la sensación de bienestar tanto en el interior como en el exterior.

De las tizas verdes al “Bel Gazou”

"Bel Gazou" es el nombre dado al centro en Autun por la comunidad de vecinos, y ha añadido una nueva experiencia en términos de construcción para niños pequeños en la agencia, siguiendo su trabajo desde las “Tizas verdes” un proyecto en Saint-Didier-de-Formans en la región de Ain.
Los dos proyectos presentan un cierto número de similitudes. Los programas eran idénticos, y en ambos casos se construía en entornos poco atractivos: el centro destrozado de Saint-Didier, y una parcela libre en las afueras de Autun. El protocolo de construcción era igualmente comparable con la construcción en madera en relación con su envolvente de hormigón. La tipología es la misma con, también, un edificio de una sola planta organizado en torno a un amplio y luminoso vestíbulo central. Finalmente, la posición arquitectónica es similar: abstracta y silenciosa desde lejos, divertida y figurativa de cerca. Sólo la composición geométrica difiere del proyecto de Saint-Didier, que era todo curvas, mientras que el proyecto en Autun es todo ángulos.

Sobre el giro
En Autun el edificio de encuentra en el límite entre el centro histórico y las afueras de la ciudad, caracterizada por edificios altos de los setenta, rodeados de zonas “enfermas” definidas como espacio público y grandes, y casi siempre vacíos, aparcamientos. La parcela extremadamente estrecha, tiene una forma compleja. No hay nada con lo que trabajar en el entorno, no hay características particulares que permitan dialogar o al menos, cierta complicidad.
El proyecto realiza una apuesta por sí mismo, por el momento, una iniciativa solitaria. Crea su propio emplazamiento, con la esperanza de que esta dinámica cambie en el futuro la zona, teniendo en cuenta la recalificación de los espacios públicos.
El proyecto, se teje en torno a los espacios existentes y desarrolla dos líneas amplias perpendiculares entre sí que se abren al vecindario hacia el sur y el este. El patio de entrada se encuentra en la intersección entre los dos edificios. Históricamente, este emplazamiento se corresponde con el punto exacto en que se encontraban el cardo y el decúmano en tiempos de los Romanos. Las excavaciones arqueológicas que han tenido lugar en el emplazamiento se han protegido de cualquier tipo de trabajo en profundidad (en términos de excavación). Esto imponía la necesidad de cimentaciones muy superficiales, creando un edificio de largo plazo irónicamente relativo.

Silencio desde lejos/Sonido de juegos de cerca

Los dos edificios principales se construyen en una parcela que se dispone más baja que la zona que la rodea. La impresión general es de silencio, atemperando deliberadamente la presencia del edificio en el paisaje. Visto desde lejos, el proyecto parece una envolvente en el paisaje, formando un volumen abstracto. Sus dimensiones reales sólo son claras desde lejos.
Desde esta perspectiva, la escala parece inmediatamente mucho mayor, la textura ,más suave y la arquitectura más brillante. La fachada reflectante proyecta imágenes en movimiento y colores. Los huecos son altos y anchos, guiando el ojo hacia interiores más cálidos.

Iridiscencia y brillo

El gran alero que protege los espacios que rodean el edificio se componen de paneles sándwich de aluminio pulido brillante. Éste establece el tono del proyecto y de la entrada en particular donde se intensifica más por efecto de la perspectiva. El ángulo ha sido determinado para regular la cantidad de luz solar directa.
Además de esta función protectora, constituye una herramienta escenográfica, reflejando una serie de imágenes cambiantes y colores, a veces claros, a veces abstractos, tintados rosa o verde dependiendo de la luz y el ángulo.
Esta dinámica presencia acompaña a los niños a lo largo del día, dando una fuerte impresión de vitalidad. Ésta se acentúa por las fachadas neutrales cubiertas con paneles absorbentes oscuros, enmarcados por carpinterías negro carbón.
Hay un fuerte contraste entre interior y exterior, enfatizado por la elección de los colores, materiales y formas (oscuro fuera/brillante dentro, iridiscente, acabados brillantes al exterior/acabados naturales al interior; anguloso al exterior/redondeado al interior). Este sencillo efecto de relatividad acentúa la calma, la atmósfera benevolente que se encuentra en el interior del edificio.

Un nervio central active y nichos celulares

La organización interna es simple, una serie de espacios generosos proporcionados que siguen uno a otro con total transparencia haciéndolos fácilmente identificables. La cuidadosa consideración dada a la ergonomía, y las sombras de color armoniosas, están perfectamente adaptadas para los niños y bebés. Desde la gran entrada en el vestíbulo se produce la intersección entre los dos programas, hay vistas a través de ambos edificios. El centro proporciona servicios para los cuidadores de los niños en el lado oeste, mirando al patio, mientras que la guardería se sitúa al norte con vistas al jardín. El programa se conecta a través de éste, mediante un pasillo continuo, un espacio de conexiones, transiciones de vida que forma la columna vertebral del proyecto.
A lo largo de este nervio central, en una serie de habitaciones celulares se acomodan las actividades asociadas con el cuidado de los grupos de niños. La actividad de las habitaciones que mira hacia el entorno, se disponen en toda la longitud de las instalaciones interiores. Los baños forman un amortiguador con los dormitorios. El conjunto forma una serie de células que se comunican entre sí, ofreciendo una variedad de combinaciones para abrir y cerrar los diferentes espacios de acuerdo con las necesidades de mayor o menos privacidad del espacio en las diferentes etapas del día.
Las oficinas de administración, salas técnicas, comedor y cocina (las comidas se preparan en el propio edificio) siguen la longitud de la fachada interior, iluminadas con luz natural desde los patios interiores.
Se crea una atmósfera brillante, colorida, desde el juego entre los tres materiales: Madera, utilizada como acabado de techos y estructuras visible; hormigón, inacabado, para estabilizar la envolvente que cubre el edificio al completo; y tablero de cartón-yeso pintados en cuatro colores, como el mobiliario, parcialmente suministrado por el fabricante Tolix (de Autun).

Principios constructivos según las convicciones de Tectoniques

Desde una perspectiva constructiva, el proyecto comprende una serie de principios de la firma Tectoniques. La estructura es mixta hormigón-madera. El suelo es una placa de hormigón sobre micropilotes (0.70m de profundidad debido a las excavaciones arqueológicas). Una envolvente de hormigón blanco construida a o largo de la espina central del edificio que proporciona la estabilidad necesaria e inercia térmica. El conjunto de la estructura portante y subestructuras están realizadas con madera, con 40cm de aislante compuesto de celulosa y fibras de madera. La cubierta verde se cubre con tepe y se encuentra libre de instalaciones técnicas.
Dentro, no hay pretensiones, los materiales se encuentran donde se necesitan. Por ejemplo, los techos de madera en las salas de actividad están expuestos y actúan como techo acústico. Lo mismo ocurre con los baños con su madera de fibras mineralizada y techos dispuesto de forma precisa.
A través del edificio los esfuerzos se realizan para asegurar el máximo de iluminación natural. En primer lugar las ventanas en las salas de actividad y los huecos hacia el patio ocupan la altura total de los muros, creando lo que parecen ser pinturas, pero en realidad es el propio paisaje. Los huecos en forma de diente de sierra en la cubierta proporcionan iluminación cenital requerida en el interior del edificio.
En términos de eficiencia energética, el edificio cumple las regulaciones térmicas de la normativa de 2012 de Francia. La envolvente central de hormigón ayuda a incrementar la inercia térmica. Los grandes huecos de las fachadas se compensan con su cuidadosa orientación y el uso de aislamiento. Las ventanas se protegen por el exterior con venecianas.
En términos de instalaciones, la ventilación de caudal doble garantiza la calidad, temperatura y renovación de aire. En las granes habitaciones, la desestratificación se consigue mediante grandes ventiladores de techo en baja velocidad que minimizan el ruido. El sistema de tratamiento de aire se combina con radiadores adicionales. Dos calentadores de gas se utilizan para calentamiento, uno por cada edificio ya que las necesidades difieren uno de otro.
Los procesos de apertura motorizada, se utiliza para proporcionar ventilación natural a través de las fachadas y los dientes de sierra en la cubierta, así como proporcionar ventilación nocturna durante los meses de verano.
La cubierta verde permite aislamiento adicional sobre una vasta superficie, que sirve también para absorber agua de lluvia. El hecho de que los materiales utilizados, mayoritariamente de base madera, fueron bio-basados como clave en el proceso de elección.

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Ficha técnica

Autoría: Tectoniques

Localización: Autun, Francia

Año: 2014

Fotografías: Jèrome Ricolleau / Tectoniques


Editado por:

Nuria Prieto Tectónica

Publicado: Nov 24, 2014

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