Espacio DIIR de oficina y uso polivalente en Madrid

DIIR, David Meana, Ignacio Navarro, Iñigo Palazón y Ricardo Fernández

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Espacio DIIR representa y ejemplifica en este local a pie de calle -que además son las oficinas de sus autores-, la manera de entender y resolver un proyecto de arquitectura. El rigor constructivo, la geometría, el respeto por el material -que se muestra tal cual-, la cuidada iluminación o la incorporación de elementos y mobiliario de diseño, se activan con la sorprendente presencia de una elegante y espectacular mesa en voladizo de aluminio.

Fotografía: David Zarzoso

El texto que aparece a continuación procede de una conversación entre Iñigo Palazón de DIIR, con Berta Blasco y Jose María Marzo de Tectónica.

Tectónica.: A través de la intervención que habéis realizado en este local de Madrid para convertirlo en vuestra nueva oficina también nos queremos acercar a entender cómo tenéis planteado el funcionamiento del despacho, que siendo cuatro arquitectos debe ser complejo y puede ser interesante para aquellos que se planteen una estructura similar. 

Iñigo Palazón.: Sí, la verdad es que eso es interesante, y puede dar pistas sobre todo los que están empezando, sobre cómo poder organizarse. Nosotros hemos intentado investigar también otros estudios que son cuatro o cinco socios, los HArquitectes, Arquitectura G, pero en ningún caso se organizan como lo hacemos nosotros. 

Fotografía: David Zarzoso

Somos cuatro socios y lo que hemos hecho es dividir los proyectos en cuatro fases y, de ese modo, en vez de repartirnos proyectos, que es lo que suelen hacer otros estudios, nosotros hemos decidido especializarnos y repartirnos tareas dentro del proyecto. De ese modo, los cuatro socios tocamos una parte del proyecto y cuando acabamos la obra, sentimos que todos hemos participado. Por resumirlo brevemente, tenemos una fase primera que llamamos ‘de estrategia’, que es una fase que ahora estamos mejorando mucho en la que nos centramos en entender lo que busca el cliente. Trabajamos con muchas marcas de ropa, también de restauración, y a este tipo de cliente le interesa mucho participar en el proyecto, crear con nosotros un storytelling que nos sirve para empezar a construir una especie de imaginario que luego sirve para proponer el diseño. 

Planta distribución general. Ver PDF

Una vez tenemos eso más o menos claro, pasamos a la segunda fase, que es la que llamamos ‘de concepto’, que aquí es donde ya sí que se produce el desarrollo conceptual de la propuesta, como el propio nombre indica. Empezamos ya a dibujar diagramas, plantas, los primeros planos, todavía un poco conceptuales, pero ya se empieza a ver las primeras ideas y eso lo acompañamos siempre de muchas imágenes, rénders y demás para que el cliente entienda cómo es el espacio que proponemos.

Y una vez que, más o menos, tenemos ese diseño validado por él, pasamos a la tercera fase, que es la que llamamos ‘técnica’, que es el proyecto de ejecución de toda la vida. Aquí lo que hacemos es un desarrollo constructivo muy exhaustivo de todo el proyecto. Nos gusta mucho meternos a fondo en el dibujo, en el detalle, especificar todo: los materiales, las soluciones constructivas y demás. Y esa parte finaliza con un buen documento de proyecto de ejecución.

Y la última parte, que es ‘la práctica’, como la llamamos, es la dirección de obra. Uno de los socios se centra en esta fase, en estar pendiente de todos los oficios y asegurarse de que finalmente la obra se ejecuta como hemos intentado proyectar en las fases anteriores. 

Fotografía: DIIR

T.: Suponemos que todo este proceso es bastante flexible, que las tareas nunca son compartimentos estancos.

I.P.: Nunca, porque, además, siempre intentamos solapar las fases. Por ejemplo, en la primera, esa parte que os decía más de estrategia está completamente vinculada a la de concepto. Una no puede entenderse sin la otra. Y lo mismo sucede con la ejecución y la obra, que están en contacto directo. Incluso, una vez se termina la obra, el de la primera fase y el de la cuarta también se vuelven a tocar, porque el de la primera es el que se encarga de hacer la difusión del proyecto, las fotografías. El círculo de alguna manera se cierra.

Fotografía: DIIR

T.: ¿Y cómo planteasteis esta estructura?

I.P.: La verdad es que ha sido muy orgánico. Al principio, cuando teníamos proyectos más grandes de escala pública, esa estructura es un poco más difícil, porque las fases no están tan claras como en proyectos más pequeños, como los que estamos haciendo ahora. Y de manera paulatina empezamos a darnos cuenta de lo que le gustaba a cada uno. Por ejemplo, a David le encanta la obra. Era el primero que le apetecía irse ahí, resolver los problemas. Ignacio es más de estar en el estudio, dibujando continuamente, y a Ricardo y a mí, lo que nos gusta más es investigar, ir a una conferencia, cubrir el aspecto más teórico de entender lo que se está haciendo y aplicar esos conceptos.

Fotografía: DIIR

T.: Y esa separación o estructura en cuatro, luego, la repetís en la forma de abordar un proyecto. En la web definís cuatro pilares sobre los que estructuráis un proyecto: rigor, sensibilidad, atemporalidad y resonancia. ¿Ha sido resultado de una reflexión sobre obras hechas o que ya lo teníais como un punto de partida a partir de lo cual desarrollar los proyectos?

I.P.: Ha sido un poco mezcla de las dos. El año pasado, con la excusa del nuevo estudio, también iniciamos un proceso de rebranding con una agencia de comunicación. Veíamos que, al ser cuatro socios, cada uno con sus intereses, nos costaba trasladar el mensaje de las claves del estudio. Por eso recurrimos a una agencia externa que nos hizo entrevistas individuales, a partir de las cuales ya empiezan a sacar conclusiones. Y luego, ya juntos, revisando los proyectos e intereses, lanzamos ideas, conceptos de lo que creíamos que definía nuestra arquitectura, y al final resultó ese equilibrio de contrastes que se entiende muchas veces como cuatro pilares, pero también como dos a dos.

Axonometría montaje mesa de aluminio. Ver PDF

Por ejemplo, el rigor lo entendíamos como esa parte más técnica, más del orden, de la jerarquía, que nos gusta mucho y que es visible en los proyectos a través de la geometría. Esa pureza de las formas se enfrenta a la sensibilidad, que la entendemos como una capa más poética, en algunos casos más ambigua, que tiene que ver con el material, con la inspiración que tenemos en cada uno de los proyectos y que se relaciona con un plano más teórico.

Y luego, los otros dos pilares también los contrastamos de la misma manera. Por una parte, la atemporalidad, que tiene un poco que ver con el rigor de un estilo muy sobrio, muy depurado, que se aleje de tendencias, y enfrentarlo a la resonancia, que es un poco lo opuesto. Siempre hablamos de que al ser un estudio joven los primeros encargos tenían recursos limitados y con poco había que intentar hacer mucho, que es ese recurso más llamativo, como puede ser la mesa que tenemos en el estudio. Inventos que se salen de lo estándar y son más singulares con los que se genera ese reclamo o resonancia.

Estos cuatro conceptos o cuatro nombres nos sirven mucho para explicar la arquitectura que hacemos.

Catálogo elementos mesa aluminio. Ver PDF

T.: Y ya vamos a centrarnos en el proyecto, que, además, cuando uno hace su propio estudio, su propia casa siempre hay una intencionalidad muy clara de demostrar o de enseñar lo que puede y quiere hacer. ¿Cómo era el local? ¿Cómo planteasteis la estructura espacial y funcional del estudio?

I.P.: Veníamos de un estudio que estaba en Malasaña, que era de unos artistas amigos nuestros que lo dejaron y estaba a pie de calle. Nunca habíamos tenido intención de estar a pie de calle, pero cuando ya se nos quedó pequeño, estuvimos varios meses buscando el nuevo espacio y sí o sí teníamos esa premisa de intentar conseguir que fuese a pie de calle. El local era una tienda de productos dentales, que hacía tiempo que no tenía actividad, y estaba super compartimentado, con cambios de nivel en el suelo, y era difícil ver la escala del interior. Pero sí se intuía la espacialidad, la posibilidad de hacer espacios muchos más amplios, como los que tenemos ahora. 

Planta organización y usos.

T.: ¿Y la estructura funcional del espacio, que se divide en tres franjas, la teníais fijada de antemano?

I.P.: La verdad es que no. Lo único que intuíamos era que había dos líneas de pilares y sí sabíamos que pasábamos de un estudio de siete puestos a uno que, como mínimo, queríamos que tuviese 16 puestos. También queríamos tener una buena cocina, que es algo que echábamos en falta en el anterior estudio, no ya por el hecho de poder cocinar, sino porque es un lugar informal donde se generan relaciones interesantes entre todo el equipo. Y en esa crujía, que era la que tenía menos luz, también irían los baños y, como es bastante grande, nos sobraba todavía espacio que ocupamos con una sala de reunión más privada.

A partir de esa crujía del fondo, el resto sí que intentamos liberarlo a tope. En la segunda crujía, la central, decidimos meter dos mesas grandes de puestos de trabajo, que ahora mismo entran 12 empleados, y en el centro está previsto otra más para poder llegar, por lo menos, a 18, pero ahora mismo queda como un espacio más abierto y polivalente, como librería, para colocar maquetas…

Fotografía: David Zarzoso

Y la zona a la que dedicamos más tiempo fue la que está más próxima a la calle, en la que realmente no sabíamos qué hacer y hasta el último momento no nos decidimos. En un principio queríamos dejarla completamente diáfana como un espacio de bienvenida, en la que, a lo mejor, situáramos algún mueble suelto, un sofá o muebles de diseño, tipo showroom con la idea de poder hacer eventos, pero luego se nos ocurrió la idea de la mesa. Fue algo que estuvimos discutiendo mucho entre los cuatro; pensamos cómo podríamos crear un elemento que nos representase como estudio. No es un proyecto, pero sí es una pieza a través del cual se entienden esos pilares de los que hablábamos, que fuese interesante a nivel de diseño, pero que tuviese esa parte técnica que también nos representa.

Hacemos muchos proyectos de interiores, pero intentamos dar esa condición más arquitectónica de cuidar mucho el detalle, de investigar, de que todo tenga un pensamiento crítico y técnico detrás. Y la mesa, siendo una mesa que se puede entender como un elemento de mobiliario, tiene una estructura interesante, y sirve como carta de presentación para explicar al cliente lo que hay detrás de nuestros proyectos, que parecen muy sencillos y de pocos elementos, pero incorporan una complejidad técnica importante, que es un poco lo que vendemos.

Fotografía: David Zarzoso

Sección constructiva mesa aluminio y detalles de los patines de acero y armado del recrecido de hormigón de la base. Ver PDF

T.: Sí, de hecho, es un pequeño proyecto a escala, tiene la flecha, la contraflecha, un tensor, y esa pieza entre poética y estructural de la piedra central, o los patines de apoyo. Evidencia vuestro planteamiento de estudio.

I.P.: Exactamente, es ese rigor que hay detrás de la técnica que te permite meterte en el mundo más ingenieril y dominar muy bien esa parte y combinarlo con otra parte, como dices, mucho más poética, y, al final, el resultado es una roca sobre la que se apoya una lámina de aluminio y ya está. 

T.: Esta ‘sutileza expresiva’ formada por una lámina de aluminio tan leve y con un vuelo tremendo que resolvéis con una estructura singular a base de unos patines que quedan ocultos. ¿Van anclados al forjado?

I.P.: Sí. Los patines de la mesa van fijados directamente al forjado. 

Fotografía: DIIR

Plano de detalle mesa aluminio, sección constructiva. Unión a bloque de granito. Barra de acero del tensor y anclaje de los perfiles de acero de los "patines" al forjado. Ver PDF

T.: Cambiando de foco, en vuestras obras, hay proyectos que tienen mucho color o que el color define el espacio, y en otros es casi la ausencia de color la que también lo define. ¿Es así como habéis planteado vuestro espacio?

I.P.: El color es un recurso que hemos usado en bastantes proyectos y que siempre nos ha funcionado bien. Pero es verdad que cuando lo aplicamos, lo aplicamos, como bien has dicho, intentando que sea una paleta bastante uniforme, que muchas veces es un reto grande. El mejor ejemplo es el que hicimos hace dos o tres años, el de Greta, que es una cadena de restaurantes de ensaladas. Ahí el cliente fue muy claro. Veía en nuestros proyectos que hasta ese momento no habíamos introducido mucho el color, y nos dijo: «Mi restaurante tiene que ser verde». Teníamos muchas referencias de otros arquitectos muy buenos, que nos encantaban, pero lo que veíamos más difícil era conseguir esa complejidad que nos gusta de seleccionar muchos materiales, mezclar una cerámica con un microcemento o con un aluminio, y empastarlos de manera que el verde fuera protagonista, pero dentro de una sola gama de verdes. Los proyectos que hemos hecho, en ese sentido, han sido muy radicales. Y si nos exigen que el color sea protagonista, hacerlo protagonista de verdad, que todo se empaste de ese color y al final se respire esa sobriedad que sigue caracterizándonos, pero dentro de un color muy expresivo.

Fotografía: David Zarzoso

Y en el caso opuesto, que es el que estamos trabajando también mucho, sobre todo más en el mundo de la moda, lo que muchas veces le transmitimos al cliente es llegar a una solución singular en cuanto a geometría –una cúpula, una rampa–, pero que el resto del proyecto, en cuanto a paleta de materiales y colores, no genere un conflicto con lo que el cliente va a exponer.

Y eso es lo que hemos hecho en nuestro espacio. Es verdad que esto es más cálido; entran materiales como la madera, con tonos más ocres que te invitan a estar a gusto en el espacio, pero siempre combinado con esos materiales más fríos como el aluminio o el acero.

Fotografía: David Zarzoso

T.: Y con un tratamiento de los materiales muy sutil, como ese empleo del acero y el aluminio que es difícil diferenciar; o el microcemento como pavimento en la zona general, que es granito en la cocina… Jugáis con familias de materiales.

I.P.: Sí, nos encanta. Solemos manejar tres bloques: el mundo de la madera, que lo hemos utilizado mucho y que nos gusta especialmente en el ámbito residencial; el de los metales, que es el que más estamos investigando últimamente, que introducimos en casi todos los proyectos y que nos parece fascinante; y luego el mundo de la piedra, que también hemos investigado mucho, porque nos gusta mucho ir a la cantera, seleccionar las piezas…, por ejemplo, el granito está prácticamente en todos nuestros proyectos.

Fotografía: David Zarzoso

T.: Un elemento especial es el hueco que se abre entre la cocina y la sala, que es proyectante, ¿teníais claro desde el principio esa relación visual?

I.P.: Sí, la verdad es que sí. Era una de las ideas potentes del proyecto. Al final de esa crujía prácticamente no hay luz, y queríamos que ese espacio, además de como cocina, también sirviese para reuniones improvisadas del equipo, y nos parecía super interesante que tuviese esa conexión visual con el resto del espacio de trabajo. Es cierto que en el día a día tampoco lo abrimos mucho, pero si es muy interesante para la organización de eventos, como en la inauguración que ahí se colocó el DJ con la música. Es bastante polivalente porque tiene la altura de barra de un bar y sirve para darle muchos usos.

Fotografía: David Zarzoso

T.: Y en esa línea de investigación material, hay un elemento que utilizáis por sus propiedades pero que también aprovecháis su valor estético, me refiero al proyectado de celulosa, que cumple una función de acondicionamiento acústico ¿tenéis otras investigaciones en esta línea o es un caso puntual?

I.P.: Sí nos gusta esa investigación de introducir un mensaje que no es obvio. El proyectado que comentas es un material que sorprende y no es muy común, pero además es muy sostenible porque tiene una parte de circularidad importante. Por un lado, cumple una función evidente, como es el aislamiento acústico, pero por otro nos encanta la materialidad que tiene. En este caso, la función acústica es mínima, porque se ha aplicado sólo en un frente, que parece incluso una viga, y pesa más su valor estético. En otros proyectos sí lo estamos aplicando por esa función acústica, sobre todo en locales comerciales y de restauración.

Y, respondiendo a la pregunta sobre si es un ejemplo puntual, nos interesa mucho introducir esa parte de novedad también para posicionarnos como un estudio que está atento a la innovación. En otros proyectos hemos incorporado bloque de tierra comprimido, tableros de celulosa prensada… 

Fotografía: David Zarzoso

T.: Y a nivel de acabados, parece que buscáis que se vea claramente el material. La cerámica es cerámica, la madera tiene un tratamiento mínimo, el metal se muestra natural…

I.P.: En efecto, es uno de los principios básicos cuando hablamos de la parte de sensibilidad. Esa expresividad material para nosotros es muy importante, que los materiales que empleemos se vean como son. Por eso investigamos mucho. Si utilizamos una piedra, que refleje bien lo que queremos que refleje y se vea prácticamente sin ningún tratamiento. Lo hacemos mucho con el granito, que mostramos prácticamente sin tratamiento, y con la madera igual. Incluso cuando hemos aplicado una veladura de color a la madera, como ha sido en un proyecto reciente, es tan leve que sigue transmitiendo su materialidad porque todos los nudos y los dibujos que tiene la madera se siguen viendo. Hay proyectos en los que se exige un color corporativo, pero siempre intentamos que sea posible percibir el material que hay detrás.

O como decías con el metal que hemos utilizado en el estudio. El aluminio sufre, pero nos gusta más tener una superficie que refleje bien lo que es y exprese el paso del tiempo.

Fotografía: David Zarzoso

T.: Y volviendo al mundo del concepto, en la propia iluminación se ve una intencionalidad de definir el espacio a través de la geometría.

I.P.: En los últimos proyectos que estamos haciendo, sí estamos diseñando la solución de iluminación, incluso proponiendo sistemas, como en el proyecto de la cúpula en el que propusimos una tela tensada con la luz proyectada desde arriba. A lo mejor el producto final sí es de un proveedor, utilizamos elementos industriales de marcas que nos interesan, que nos gusta el producto que tienen, pero forma parte de una estrategia conceptual. Por ejemplo, en el estudio, esa serie paralela de luminarias ayuda a entender el concepto del espacio.

Fotografía: David Zarzoso

T.: Además, en el mundo en el que os movéis, de tiendas de moda o restauración, la iluminación es fundamental porque transforma el espacio, ¿Cómo os lo habéis planteado? ¿Habéis contado con ayuda externa?

I.P.: Los proyectos que teníamos al principio, con unos recursos muy limitados, el cliente no podía permitirse un estudio lumínico, pero a medida que han ido pasando los años hemos visto, como bien has dicho, sobre todo en los restaurantes, pero también el mundo comercial en general, que la luz es importantísima tanto para exponer el producto como para la propia estancia de los clientes, entonces, aunque sí que con el tiempo hemos aprendido mucho, también hemos conseguido colaborar con estudios de iluminación, que aportan un trabajo muy interesante con conceptos que ni conoces y que enriquece muchísimo el proyecto. Ahora mismo estamos en dos o tres proyectos en los que tenemos este tipo de asesoría, pero también intentamos aportar diseño a las luminarias y participar en el proceso es fascinante.

Fotografía: David Zarzoso

T.: Y algo que sorprende, y supongo que responde al momento actual, es que un estudio de arquitectura se plantea como un espacio de eventos. ¿Lo veis como una actividad que os completa?

I.P.: Como bien dices, define mucho el momento. Ya en el espacio de Malasaña sí que nos gustaba hacer actividades que estaban enfocadas más para nosotros, como charlas o reuniones con gente con la que compartíamos inquietudes. Y así planteamos la primera sala en el estudio, para organizar nuestras propias conferencias o invitar a alguien a que nos diera una charla a todo el equipo, como hemos visto que hacen otros estudios. Pero luego fuimos evolucionando, también porque teníamos proyectos de espacios polivalentes, multifunción, que están ahora muy de moda, y que incorporan eventos de otras marcas, y vimos una oportunidad que decidimos incorporar sin perjudicar la actividad del día a día. Hasta ahora hemos hecho tres eventos y somos muy selectivos porque no es nuestra actividad principal. Elegimos una marca que nos interese, con lo que podamos generar alguna sinergia, que cuide mucho el diseño, ya sea una marca de ropa o de cosméticos. Y la experiencia está siendo muy interesante porque ves cómo cambia el espacio e incorpora usos que a nosotros ni se nos habían ocurrido. 

Fotografía: David Zarzoso

T.: Bueno, aportáis elementos que pueden dar mucho juego, como la cortina curva que contrasta lo perfilado y duro de la mesa ¿la utilizáis habitualmente?

I.P.: La tenemos normalmente recogida, pero por la noche, lo que hacemos es tapar todo el espacio de trabajo y que solo quede vista la mesa con la luminaria que la dejamos encendida. El efecto es sorprendente y llama mucho la atención. Lo único que ve es esa mesa con la luminaria proyectando luz sobre la lámina de aluminio con la cortina como telón de fondo, como si fuera una escena teatral.

Fotografía: David Zarzoso

T.: Y ya para terminar, una pregunta anecdótica, ¿hubo mucha discusión para combinar las 4 letras que nombran el estudio?

I.P.: El utilizar nuestras iniciales no fue la primera opción. Antes valoramos infinitos nombres, pero Nacho, Ricardo y yo trabajamos en FRPO con Fernando Rodríguez y Pablo Oriol, y cuando ganamos el primer concurso, que hacíamos los fines de semana, y comenzamos a pensar en montar nuestro propio estudio, Fernando nos vio planteando varios nombres y nos hizo el mejor consejo: «Poned vuestros nombres con vuestros apellidos, que de eso no os vais a arrepentir nunca». 

Ficha técnica

Autoría: DIIR / David Meana / Ignacio Navarro / Iñigo Palazón y Ricardo Fernández

Localización: Madrid, calle Covarrubias 19

Fotografías: David Zarzoso

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Editado por:

Tectónica

Publicado: Jan 30, 2025

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