Fotografías: Jesús GranadaFruto de años de investigación sobre el espacio docente infantil para el desarrollo de las Inteligencias Múltiples y tras un profuso conocimiento de la realidad arquitectónica actual de dichos espacios, surge la oportunidad de intervenir sobre un local en bruto en el centro de Sevilla, para convertirlo en parte de la escuela infantil del Colegio San Francisco de Paula. Es un reto sumamente complejo ya que no consiste sólo en ejecutar un prototipo teórico, sino transformarlo para adaptarlo a una realidad concreta, compleja, como es un local comercial muy profundo sin ventilación e iluminación natural en su condición inicial, y apenas tres metros de fachada. Por otro lado, estas circunstancias devienen ciertamente en paradigmáticas, ya que el gran reto del presente y futuro de la arquitectura no está en la nueva planta sino en la reutilización y el reciclaje de espacios. Hoy en día la comunidad educativa es consciente del error que ha supuesto una educación centrada casi exclusivamente en el fomento de las inteligencias lingüística y lógico-matemática. La arquitectura debe ser sensible a este cambio en la pedagogía y proponer un escenario en el que se desarrollen las ocho inteligencias (lingüística, lógico-matemática, musical, naturalista, cinestésico-corporal, espacial, interpersonal e intrapersonal). Al margen de la realidad física del local, comenzamos actualizando el concepto de aula, convirtiendo ésta en un espacio policéntrico, con una serie de nodos o subespacios interconectados, con relación de proximidad. La relación espacial entre ellos va a evidenciar las tangencias entre diferentes inteligencias. Cada uno de estos subespacios tiene ciertas características que lo convierte en soporte de una actividad ligada a una inteligencia matriz. Del mismo modo, este sistema espacial tiene que tener su reflejo en el exterior del “aula”. Por tanto, los límites deben disolverse, hacerse difusos. El espacio “núcleo” es el denominado “espacio abrevadero”, un mini espacio de sociabilización, soporte de actividad común. En muchos momentos se asemeja al espacio de las clases tradicionales. A este espacio se vinculan el resto, de forma concéntrica. Se establecen una serie de subusos que se repetirán tantas veces como unidades educativas haya, conformando éstos la unidad mínima. Otros subusos, tras su análisis, se observa que no es producente repetirlos en cada unidad, sino que por su carácter espacial, deben diluirse en el espacio común y adherirse o desprenderse de la unidad mínima conforme la necesidad lo demande. Estos son los soportes de actividad fundamentalmente física, los juegos espaciales, etc. Las fronteras de cada unidad educativa se establecen en un lugar o en otro en función de la necesidad y actividad concreta en un momento determinado, haciendo crecer o decrecer el espacio del cual se apropia
La acciones más importantes de la intervención son:
Prolongación de los patios hasta el nivel sótano: aire y luz natural.
Ejecución de un forjado sanitario para formar una cámara ventilada bajo la solera, de 73 mm de altura, que se conecta con las cámaras bufas del perímetro del local, y cuenta con entradas y salidas de aire exterior a través de los patios, permitiendo la adecuada ventilación de toda la envolvente, eliminando la humedad que se producía en suelos y paramentos antes de la actuación.
La climatización y ventilación. El funcionamiento previsto de los locales será normalmente de lunes a viernes de septiembre a junio. Se prevé climatización, fundamentalmente calefacción en régimen de invierno, con posibilidad de atemperar los locales en régimen de verano durante los meses de mayo, junio y septiembre, con un sistema por Bomba de Calor aire – agua, de alta eficiencia.
Se dota a los locales de un sistema de suelo radiante-refrescante por agua y de un sistema de aporte de aire exterior con recuperación de energía, teniendo en cuenta los elevados caudales de aire exterior necesarios para el mantenimiento de las condiciones higiénicas del ambiente interior.
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