El proyecto se desarrolla dentro de los terrenos de una finca agraria de casi tres hectáreas en la parroquia de Callobre del Ayuntamiento de A Estrada (Pontevedra). Está situada en un área de borde de un pequeño núcleo de casas que forman el lugar de Pousada, en una zona dedicada a actividades fundamentalmente agrícolas, hoy en progresivo abandono.
Las construcciones existentes se componen de dos plantas con estructura de muros de mampostería y pisos y cubierta de entramado de madera y teja. La más pequeña de esas construcciones, edificada inicialmente como pajar, se reformó posteriormente para ser utilizada durante años como vivienda para las personas a cargo de la producción de las tierras, hasta que dejó de usarse como tal a finales de los años 60 del pasado siglo. La casa principal, construida a finales del siglo XIX, ha sido la casa familiar durante tres generaciones de las personas que ahora buscan su rehabilitación. En su interior, además de espacios de vivienda, existían otros dedicados a cuadras y pajar, respondiendo a la disposición tipológica tradicional en Galicia de cocina y cuadras en la planta inferior y dormitorios en la planta superior. Se configura formalmente sobre las dos crujías estructurales que establecen los muros de carga longitudinales y sobre el eje central transversal en el que se dispone la escalera y los elementos de distribución principal. En un orden lógico en este tipo de construcción rural, la casa matriz creció primero hacia el oeste a través de un patio cerrado por tres muros, ocupado el más largo de ellos por el pajar, y posteriormente hacia el norte con la construcción de una galería de madera, sustituida después por un volumen realizado en hormigón y ladrillo enfoscado.
La rehabilitación de las casas pretende modificar lo menos posible su configuración estructural, manteniendo los muros de mampostería como resistentes y disponiendo el programa de tal forma que se pueda reducir al máximo la tabiquería, potenciando la presencia de la estructura portante y espacial existente. Las actuaciones a realizar serán las necesarias para adaptar una configuración funcional muy unida a un sistema de vida ligado a los trabajos agrícolas, a una nueva manera de vivir las casas, en que sus habitantes no trabajan ya el campo y por lo tanto necesitan adaptar lo existente a sus nuevas necesidades. Sin embargo, esa adaptación de lo existente a lo nuevo, si se realiza de forma cuidadosa y en continuidad constructiva con lo que hay, asegurará su supervivencia y podrá hacerla durar en el tiempo. A nuestro entender, el trabajo de una rehabilitación es un trabajo sobre la materia y el tiempo. Lo existente guarda la memoria de las personas que han pasado por la casa, el proyecto debe ocuparse de la preservación de esa memoria. Para ello, la estrategia no es de contraste u oposición formal con la arquitectura existente, sino de aprendizaje y continuidad material con la misma, utilizando también materiales, maderas de cedro, castaño, pino Douglas, pino melis, granito silvestre, hormigón, revestimientos de cal, chapa de zinc, teja cerámica, capaces de recoger en su propio envejecimiento la huella que deja el paso del tiempo.
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