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TIEMPO Y ESPACIO. UNA ARQUITECTURA CONSCIENTE
El tiempo: trayectoria y proyectil
Una trayectoria es una línea continua, coherente consigo misma en cada uno de sus puntos. Con diferentes geometrías, directrices y tangentes, pero regladas por leyes, flexibles pero coherentes. Además, trayectoria implica un móvil, un proyectil. Proyectil es, etimológicamente, lo que se arroja adelante. Estas definiciones podrían ser metáforas de nuestro estudio de arquitectura.
El papel del arquitecto es el de un especialista en llenar de valor al tiempo introduciendo en el mundo de la consciencia los actos del habitar, de ocupar los espacios. Ocurre entonces que el tiempo toma relieve, se vuelve accidentado, placenteramente accidentado, calculadamente accidentado. Ese tiempo ya no se desliza anónimo y desconocido sino que, lleno de cualidades, roza a las personas. Tantas cualidades tienen que sería necesario tiempo para percibirlas todas. Y es entonces cuando el tiempo parece pasar más lentamente, con importancia y riqueza.
Tomando prestadas las palabras de Utzon: “Este debería ser nuestro punto de partida: trasladar las reacciones inconscientes hacia la consciencia. Cultivando nuestra capacidad para percibir estas condiciones y su influencia en nosotros, al estar en contacto con el entorno, encontramos el camino hacia la esencia de la arquitectura. (…) Es necesario tener una sana visión de la vida. Entender el concepto de lo que significa caminar, sentarse y tumbarse cómodamente, disfrutar del sol, la sombra, el agua contra el cuerpo, la tierra y todas las sensaciones menores. El bienestar debe ser la base de la arquitectura, si se quiere alcanzar la armonía entre el espacio que se crea y lo que en él va a desarrollarse. Resulta simple y muy razonable”[2]
El simple acto de sentarse al fresco, de pisar descalzo una losa de piedra debe ser puesto de manifiesto y, en palabras de Federico Soriano remedando a García Lorca, darle “derecho de arquitectura”. Derecho de ser introducido en el mundo de la concreción y la consciencia.
El Espacio: Centro de I+D+i de la Sostenibilidad Local de Badajoz
La decisión de estructurar el proyecto mediante las relaciones entre sus usos (área operativa, área representativa, área directiva) antes que mediante una forma prístina o la homotecia de la azarosa alineación de la parcela, recuerda tanto a la dedicatoria para Aldo van Eyck de Tristan Tzara, el poeta a quien Adolf Loos había construido su casa en París: L’oeuil toujours neuf au retour des choses, como a los croquis de la Ville Radieuse de Le Corbusier, en los que la ciudad mitológica se estructuraba de forma aparentemente ingenua como un cuerpo humano, con el centro de negocios como cabeza y el transporte y las comunicaciones en el estómago de la urbe. El Centro de I+D+i de la Sostenibilidad mira y se mira, se construye con la ciudad y con el lugar estricto donde se implanta, sí, pero también, y a la vez, con la luz, el espacio y la idea.
La arquitectura envuelve al hombre de la misma manera que el hombre se viste al tiempo que vive (...) Si llueve, abre el paraguas... si hace frío, se pone el abrigo... Cambia de indumentaria, como cambia la arquitectura en la medida en que sigue viviendo su existencia. Francisco Javier Sáenz De Oiza
El edificio responde al lugar adaptándose a su escala. Tres piezas de diferentes alturas dan respuesta a las múltiples situaciones del entorno: altos bloques residenciales junto a viviendas de dos plantas y un gran equipamiento urbano. Estas piezas, realizadas en hormigón teñido en negro con textura de cañizo, se abren a las mejores orientaciones a través de fachadas de vidrio tamizadas por brise-soleil metálicos, que son a su vez parasol y estructura, el exoesqueleto del edificio. Las tres piezas, oficinas, laboratorios y salón de actos, se unen mediante un gran jardín y un foyer cubierto, que actúa como una plaza que concilia usos, flujos y recorridos. Este foyer, en franca apertura al jardín, permite el paso a través del edificio sin alterar sus usos, como un gran elemento a escala urbana. En ese espacio, pantallas de gran formato informan del ahorro energético del edificio y de las instalaciones de agua, potabilizadoras y depuradoras, que gestiona: informar es concienciar.
El concepto de sostenibilidad surge por vía negativa, como resultado de los análisis de la situación del mundo, que puede describirse como una emergencia planetaria (Bybee, 1991), como una situación insostenible que amenaza gravemente el futuro de la humanidad. El informe de la Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo, conocido como Informe Brundtland es claro en este extremo. Originalmente llamado Nuestro Futuro Común (Our Common Future) utiliza por primera vez, en 1987, el término desarrollo sostenible definido como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones. Este edificio, su imagen cosmopolita y austera; la articulación de sus espacios mediante una mirada compleja, transgresora y comprometida; el uso de la luz, a la vez universal y local, glocal; pretende aportar un lugar de esperanza y rigor intelectual a este panorama incierto. Un espacio pleno de arquitectura y de futuro.
[2] Utzon, Jorn, “La esencia de la arquitectura”, en Jaime J. Ferre Forés, Jørn Utzon. Obras y proyectos, Barcelona, Gustavo Gili, 2006