Fotografía: Ana Cecilia Garza Villarreal
Las obras alejadas de la ciudad implican un esfuerzo de comunicación y ejecución que se divide entre transporte, economía de recursos y medios constructivos disponibles.
Todo a través del tiempo. Porque en realidad el tiempo hace las obras y después de todo le da forma y consistencia a las obras, a los materiales.
Esta obra tomó muchos años en terminarse. En parte debido a su ubicación, inmersa dentro de una zona rural del norte de México. En parte debido también a su muy corto presupuesto.
La casa se plantea como un pequeño bloque que contiene un área social y tres pequeñas habitaciones, separadas por un bloque central de servicios creando pasillos laterales de acceso independiente a las habitaciones. Son pasillos que permiten observar de a poco hacia el entorno mientras se camina del espacio público a los recintos privados, y que son iluminados por tragaluces tubulares hechos de residuos de tuberías industriales. En complemento a esto, el área social puede abrirse por completo hacia el paisaje.
La casa en un primer tiempo comenzó a construirse con muros de concreto armado, debido a que el material lograba un diálogo muy directo con las montañas cercanas. Sin embargo, por temas de presupuesto la casa fue terminada años más adelante por muros de bloque de concreto, más oscuros. Así un lado de la casa se relaciona con las montañas cercanas más claras, mientras que el otro, con las montañas lejanas más oscuras.
El muro de la fachada opuesta al acceso, de bloque de concreto, se cubre de pintura negra para referenciar esa fachada de la casa en contraposición con la frontal hecha de puertas metálicas correderas que también son en color negro. De esta forma se refuerza la presencia de los dos muros longitudinales de materialidad distinta: el de concreto armado colado y el de bloque de concreto.
Estas fachadas transversales se complementan y complementan la casa, como si estás superficies negras conectaran ambos muros longitudinales en los extremos.
La construcción presenta una apariencia brutal en sus elementos, hechos con mano de obra local, muy rural, como la que se utiliza en las casas rurales de la región. Sin pretensiones más allá que garantizar la estabilidad de los elementos estructurales de una forma ordenada, el orden y la modulación son la herramienta de la trama arquitectónica de la obra.
La materialidad resultante de la obra es entonces una colaboración de diferentes equipos de obreros, los cuales sumaron la manufactura de cada parte: plataforma, muros de concreto, muros de bloque y cubierta. En diferentes tiempos.
También de diferentes obras: las herrerías para hacer las ventanas, las puertas corredizas y la escalera para subir a la cubierta son elementos metálicos que fueron reutilizados de otras estructuras utilitarias.
El volumen resultante es entonces una mezcla de materiales, sistemas constructivos, tiempos, y personas; aparentes y patentes. De ahí la obra toma su nombre.
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