El Observatorio Deceuninck para la Economía Circular (ODEC), plataforma de investigación de mercado sobre construcción sostenible puesta en marcha por la compañía belga, presentó su segundo estudio, ‘Economía circular en el sector de la construcción. La opinión de los ciudadanos’.
El objetivo era tomar el pulso al conocimiento que hay sobre el concepto ‘economía circular’ y el resultado fue muy preocupante.
El estudio se ha llevado a cabo en entornos urbanos de Madrid, Barcelona y Lisboa y 9 de cada 10 encuestados confunden economía circular con reciclaje y no se han planteado adquirir productos susceptibles de un recorrido circular.
Al confundirlo con el reciclado no se aprecia la capacidad de ser activo porque no es posible tirar una ventana, por ejemplo, al contenedor adecuado.
La falta de una información clara es clave para concienciar a los ciudadanos de la necesidad de valorar los productos y soluciones que recuperan el material inicial empleado para darle una nueva vida.
Por otro lado, el precio se sitúa como segundo escollo para que la utilización de esos productos circulares se generalice ya que tienes un coste mayor con las mismas prestaciones energéticas. Y aquí el problema se agudiza porque tampoco hay una responsabilidad en cuando al consumo energético en las viviendas. El 70% de las viviendas que participan en operaciones de compra-venta en Madrid tiene un certificado energético clase G, si no están en trámite.
La circularidad es más costosa, inicialmente, por los procesos industriales de reciclaje, pero ofrece a cambio la prolongación de la vida útil de los materiales y, por lo tanto, implica una mayor protección del medioambiente en muchos aspectos.
En Europa hay distintas iniciativas que favorecen un mayor conocimiento de la construcción circular que consideran a la propia ciudad como una mina de materiales susceptibles de utilizarse en el futuro –minería urbana–, relacionada con certificados que documenten el ciclo de vida de los materiales, siendo deseable que se establezca una etiqueta única europea que facilite la comprensión y toma de decisiones de los usuarios.
La presentación del informe tuvo lugar en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid el 15 de diciembre con una mesa redonda en la que participaron cinco de los 12 expertos que fueron entrevistados para completar el informe: Isabel Larrea (directora general de la Asociación de Ventanas de PVC, ASOVEN); Maria Concetta Cocchiara (responsable del departamento técnico de la Asociación Nacional de Empresas de Rehabilitación y Reforma Eficiente, ANERR); Micheel Wassouf (arquitecto y socio fundador de Energiehaus Arquitectos); María Martínez (arquitecta y CEO del grupo MatMap) y Elisabet Palomo, responsable de la Oficina Verde del Ayuntamiento de Madrid. El acto contó también con la participación de Giorgio Grillo, General Manager de Deceuninck Iberia, y Sigfrido Herráez, decano del COAM, y estuvo moderado por la meteoróloga y comunicadora Mónica López.
Segundo estudio del Observatorio Deceuninck para la Economía Circular: ‘Economía circular en el sector de la construcción. La opinión de los ciudadanos’
Como dato positivo del informe está el de que más de un 50 % de las personas entrevistadas manifiesta que les gustaría saber más sobre economía circular. Por ello, en la sesión, los expertos destacaron la necesidad de doblar los esfuerzos pedagógicos y divulgativos sobre los beneficios de la circularidad, e insistieron en que la implantación definitiva del modelo en España depende de la implicación no solo de empresas y administraciones, sino también de los ciudadanos, un compromiso que solo podrá adquirirse cuanto mayor sea el nivel de conocimiento en la materia. Trabajo de información ahora clave ante la posibilidad de acceder a ayudas que proveen los fondos europeos Next Generation para que el consumidor no anteponga el precio a la elección de productos capaces de mejorar el aislamiento térmico, mejorar el confort en la vivienda o incluso revalorizarla.
En Deceuninck, fabricante de perfilería de PVC para ventanas y puertas, la incorporación de material reciclado en el proceso de la fabricación de sus ventanas tiene ya una larga trayectoria. La reciente puesta en marcha de la ampliación de la planta de reciclaje en Diksmuide, Bélgica, permitirá reciclar hasta 45.000 toneladas de PVC por año. El material para reciclar se obtiene de la recolección de residuos post industrial (residuos propios y de los clientes), así como de la enorme cantidad de ventanas de PVC de entre 30 a 40 años de antigüedad que se reemplazan gradualmente. De ello, se fabricarán nuevas ventanas que contarán con las mismas prestaciones y características que los fabricados originalmente. Si se tiene en cuenta que la vida útil de una ventana es de unos 40 años y que permite de 7 a 10 procesos de reciclado, se puede afirmar que un mismo material puede ser útil para 14 generaciones.
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Publicado: Dec 29, 2022