Cada dos años la Fundació Mies van der Rohe otorga los Premios de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea, una oportunidad para evaluar cómo evoluciona el diseño del hábitat y la ciudad en un área geográfica diversa, con una historia común y una situación actual frágil y comprometida por una guerra.
La cultura y la creatividad son dos armas que, paradójicamente, otorgan fortaleza a la vieja Europa y la arquitectura tiene valores para enfrentarse a retos tan significativos como la desigualdad, factor de ruptura social con consecuencias que pueden hacer difícil de gestionar otros temas tan urgentes como el cambio climático.
El jurado de los Premios Mies van der Rohe ha entendido la lucha contra la desigualdad como un factor decisivo en la elección de las obras premiadas, y, entendiendo que la arquitectura influye en el complejo y desafiante mundo en que vivimos, hay en esta elección un deseo de que la sociedad apueste por la cooperación, por una cultura abierta que beneficie a todos los ciudadanos.
Las obras finalista en la categoría principal, y en la de arquitectura emergente representan esta sociedad abierta, culta que trabaja en pos de un bien común que nos fortalezca.
En la categoría principal las obras seleccionadas han sido
- 85 viviendas sociales, Cornellà de Llobregat, de Peris+Toral Arquitectes.
- Frizz23, Berlín, de Deadline (Britta Jürgens + Matthew Griffin).
- Granja del Ferrocarril, París, de Grand Huit y Mélanie Drevet Paysagiste.
- Town House - Kingston University, Londres, de Grafton Architects.
- Z33 Casa de Arte Contemporáneo, Diseño y Arquitectura, Hasselt, de Francesca Torzo.
Y en la categoría de arquitectura emergente las obras seleccionadas eran:
- Escuela Enrico Fermi, Turín, de BDR bureau.
- La Borda, vivienda cooperativa, Barcelona, de Lacol.
Finalmente, el jurado de los premios formado, por Tatiana Bilbao como presidenta, Francesca Ferguson, Mia Hägg, Triin Ojari, Georg Pendl, Spiros Pengas y Marcel Smets, han elegido dos obras que representan el espíritu de la arquitectura europea en 2022.
Grafton Architects, estudio irlandés formado por las arquitectas Yvonne Farrell y Shelley McNamara, premio Pritzker 2020, han llevado a cabo un espacio abierto y de uso múltiple dedicado a la expresión artística de la danza y la performance, con especial atención hacia la investigación y que propone la educación como proceso de compromiso y descubrimiento.
Town House - Kingston University, Londres, de Grafton Architects. Fotografía cortesia EUmies Awards.
Town House está situado en el campus de Penrhyn Road de la Universidad de Kingston. El edificio es una infraestructura abierta y democrática, con una fachada frontal transparente que se abre a un interior interconectado.
Town House - Kingston University, Londres, de Grafton Architects. Fotografía cortesia EUmies Awards.
“Inspirados por la visión educativa progresiva presentada en el encargo, y el deseo de conectar con la comunidad, respondimos disponiendo el programa en una matriz tridimensional, un espacio complejo singular que vincula los diversos elementos del encargo, dando al mismo tiempo a cada parte su identidad, un lugar donde los espacios y los usos se entrelazan, y se conectan física o visualmente, creando un entorno que fomenta la superposición y el intercambio.”
Town House - Kingston University, Londres, de Grafton Architects. Fotografía cortesia EUmies Awards.
En la ceremonia de la entrega de los premios, Yvonne Farrell definió la arquitectura como el recipiente de la cultura, como la piel que la protege y cobija, y señaló el papel de los arquitectos llamados a construir los lugares del mañana imbuidos del espíritu que vibraba en estos premios de compromiso y cooperación.
Las viviendas de la cooperativa La Borda son una promoción autogestionada para acceder a una vivienda digna y no especulativa. Contiene 28 unidades (40, 60 y 75m²) y varios espacios comunitarios: cocina-comedor, lavandería, espacio polivalente, habitaciones de invitados, espacio sanitario, almacenes, y espacios exteriores y semiexteriores como el patio, el aparcamiento de bicicletas y las terrazas.
Edificio de viviendas de la cooperativa La Borda en Barcelona, de Lacol. Fotografía cortesia EUmies Awards.
La idea de una cooperativa de viviendas nació en 2012 como un proyecto de Can Batlló impulsado por la comunidad en el proceso de recuperación de la nave industrial, y el tejido vecinal y cooperativo del barrio de Sants de Barcelona.
Edificio de viviendas de la cooperativa La Borda en Barcelona, de Lacol. Fotografía cortesia EUmies Awards.
El proyecto se ubica en un suelo público de vivienda social, con un contrato de arrendamiento de 75 años. Situado en la calle Constitució, en una posición limítrofe del polígono industrial de Can Batlló con fachada al barrio existente de La Bordeta. El proyecto pretendía redefinir el programa de vivienda colectiva, a la vez que crear un edificio sostenible e incluir la participación de los usuarios en su centro.
Edificio de viviendas de la cooperativa La Borda en Barcelona, de Lacol. Fotografía cortesia EUmies Awards.
En el agradecimiento al premio la cooperativa de arquitectos Lacol afirmaban que siempre han creído que la arquitectura es un trabajo colectivo en el que todos los implicados son imprescindibles, y han reconocido el valor de la Borda por haber apostado por un equipo que en 2015 estaba formado por integrantes muy jóvenes, y el de la administración por haberse adaptado a un modelo que no existía y que colocan a las personas en el centro del proyecto.
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Publicado: May 14, 2022