El próximo jueves se entregan los Premios del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España que reconocen las mejores prácticas de la profesión del último año y sirven para señalar trayectorias, tendencias e intereses del colectivo que forman los arquitectos, pero que también reflejan las inquietudes y demandas de la sociedad.
Este año se entrega la medalla de Oro de la Arquitectura a Alberto Campo Baeza, arquitecto que no necesita presentación y que ha mantenido los ideales y principios de una arquitectura concebida con los valores de la modernidad, que el jurado ha destacado como “abstracta y racional”, como una seña de identidad en la que los matices de la materialidad, la construcción con la luz y la calidad espacial, han marcado un camino en apariencia obvio pero difícil de seguir.
Alberto Campo Baeza. Oficinas para el Consejo Consultivo de la Junta de Castilla y León en Zamora, 2012.
El jurado, que ha estado compuesto por el vicepresidente segundo del CSCAE, Juan Antonio Ortiz Orueta, en calidad de presidente del jurado; los decanos de los colegios de arquitectos de Aragón y Cantabria, Pedro Joaquín Navarro Trallero y Moisés Castro Oporto, respectivamente; Juan Navarro Baldeweg, académico numerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; la arquitecta Dolores Alonso Vera, el filósofo Francisco Jarauta Marión y el secretario general del CSCAE, Laureano Matas, también ha valorado “la relevancia e influencia de su labor docente” que ha marcado generaciones de arquitectos desde la cátedra de Proyectos en la Escuela de Arquitectura de Madrid (ETSAM), y desde otros estrados a los que ha sido invitado, como el de la ETH de Zúrich y en la EPFL de Lausanne; la Universidad de Pennsylvania, en Filadelfia; la Bauhaus, de Weimar (Alemania); la Kansas State University, la CUA Universidad de Washington y l’Ecole d’Architecture, en Tournai (Bélgica). Ha sido Clarkson Visiting Chair in Architecture por la Universidad de Buffalo. En 2018-2019, ha sido visiting professor en la Escuela de Arquitectura de Barcelona.
Su labor docente además se ve amplificada por el éxito de sus escritos: se han publicado más de treinta ediciones en varios idiomas de su libro La idea construida. En 2009 se editó una segunda colección de sus textos Pensar con las manos; en 2012, Principia Architectonica y, en 2014, Poetica Architectonica¨. Su obra completa ha sido recogida en el libro Complete Works, editado por Thames & Hudson. En 2016, publicó Varia Architectonica; en 2017, se editó Teaching to teach; en 2018, Palimpsesto Architectonico; y este año, se ha editado Sharpening the Scalpel, una colección de sus principales textos en inglés.
Alberto Campo Baeza, polideportivo para la Universidad Francisco de Vitoria. Fotografía: Javier Calleja.
En Tectónica hemos dedicado recientemente un espacio al análisis de dos últimas obras de Alberto Campo Baeza, el Pabellón polideportivo y aulario para la Universidad Francisco de Vitoria, del que también realizamos un Modelo 3D que estudia la estructura metálica y el cerramiento de GRC del polideportivo, y la Casa Cala que sigue la evolución de espacios de la Raumplan de Adolf Loos.
El Premio de Arquitectura Española 2019 ha reflejado la necesidad de destacar aquellos proyectos que se muestran sensibles ante los retos de la situación de alarma climática. El jurado, formado por los directores generales de Bellas Artes y de Arquitectura, Vivienda y Suelo, Román Fernández-Baca y Javier Martín, respectivamente; la vicepresidenta primera del CSCAE, Marta Vall-Llosera, en calidad de presidenta del jurado; el secretario del CSCAE, Laureano Matas, y las arquitectas María Langarita y Lucía Cano, que ha tenido como referencia los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la “Agenda 2030” de la ONU, ha entregado un premio ex aequo al Museo del Clima, en Lleida, obra de Toni Gironés, y las catorce viviendas de protección oficial que integran el proyecto Life Reusing Posidonia, en el municipio de Sant Ferran, en Formentera, y ha destacado en su dictamen que son “equipamientos públicos ejemplares, que muestran una preocupación mutua por la investigación y la sostenibilidad” y valora las “grandes dosis de diseño e ingenio” que ambos comparten: “Aprovechan los materiales del lugar, potenciando la belleza y el entorno”. El resultado son dos proyectos “ambientalmente sostenibles”.
Premio ex aequo de Arquitectura Española 2019: Museo del Clima, Lleida, de Toni Gironés.
El primero, inaugurado en junio de 2017, tiene como objeto difundir la ciencia y las características del cambio climático. Toni Gironés subvirtió el programa del concurso y propuso al propio clima como ‘constructor’ del museo. El proyecto se expandió por el territorio e hizo partícipes de la propia evolución del museo a los elementos que le rodean: la tierra, la vegetación, el agua, el sol, la brisa…
Premio ex aequo de Arquitectura Española 2019: Life Reusing Posidonia en Sant Ferran, Formentera, Islas Baleares. Fotógrafo: José Hevia.
Life Reusing Posidonia son 14 viviendas de protección pública en régimen de alquiler ubicadas en el municipio de Sant Ferran, en la isla de Formentera. Se trata de un proyecto de adaptación al cambio climático promovido por el Instituto Balear de la Vivienda (Ibavi) y la Dirección General de Energía y Cambio Climático de las Islas Baleares, y financiado por el programa europeo LIFE+ en la categoría de gobernanza ambiental. Sus autores son Carles Oliver Barceló, Antonio Martín Procopio, Joaquín Moyá Costa, Alfonso Reina Ferragut y María Antonio Garcías Roig, arquitectos del Ibavi.
Premio ex aequo de Arquitectura Española 2019: Life Reusing Posidonia en Sant Ferran, Formentera, Islas Baleares. Fotógrafo: José Hevia.
Su finalidad era mejorar la habitabilidad de las viviendas (temperatura, control de la humedad, iluminación, flexibilidad de usos, etcétera) y ofrecer datos contrastados a la Administración, obtenidos a raíz de la evaluación de un edificio piloto. De hecho, la iniciativa permitió ensayar fórmulas para reducir la huella ecológica y monitorizar el confort de los edificios gracias a la colaboración de la Universidad de las Islas Baleares. El proyecto vincula patrimonio, arquitectura y cambio climático, y demuestra que la utilización de los sistemas y materiales de la arquitectura tradicional, relegados habitualmente a la rehabilitación, permiten ahorrar más de un 60% de emisiones de dióxido de carbono durante la construcción de las obras. En las obras se recuperó la posidonia oceánica seca como aislamiento térmico, logrando trasladar que no solo se habita una casa, sino un ecosistema.
El Premio de Urbanismo Español 2019 pone su atención en otro reto del mundo contemporáneo, el de cómo deben adaptarse los núcleos de las ciudades consolidadas a los cambios reales de la sociedad actual. El jurado formado por el presidente de la Unión de Agrupaciones de Arquitectos Urbanistas (UAAU), Javier Martínez Callejo, en calidad de presidente del jurado; Teresa Verdú Martínez, vocal asesora de la Dirección General de Arquitectura, Vivienda y Suelo del Ministerio de Fomento; la decana del Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro y tesorera del CSCAE, Matxalen Acasuso, y los arquitectos urbanistas José María Ezquiaga, Miriam García y Carlos de Riaño, premiado en la edición anterior, ha decidido entregarlo por unanimidad al plan urbanístico que regula los usos en el distrito Barcelonés de Ciutat Vella, obra del estudio 300.000 km/s.
Premio de Urbanismo Español 2019: plan urbanístico de Ciutat Vella de Barcelona. Imagen: plano de densidad de población.
El jurado señala que el plan “aprovecha las herramientas digitales disponibles para generar un nuevo modo de analizar, representar y regular los usos en la ciudad consolidada”. “Opera sobre la complejidad” de un distrito “con alta vulnerabilidad residencial a través de un instrumento flexible y dinámico en el tiempo” y “consigue integrar retos globales, como la salud y el impacto de las actividades de pública concurrencia derivadas, entre otras, del turismo y los nuevos modelos de negocio, con la perspectiva de la ciudadanía”.
Y, por último, el Premio de Arquitectura Española Internacional, cuyo objetivo es el de incentivar y promocionar la expansión de los profesionales y de las empresas de arquitectura españolas en el exterior, ha recaído en el Archivo General del Estado de Oaxaca, en México, proyectado por Ignacio Mendaro Corsini.
Premio de Arquitectura Española Internacional 2019: Archivo General del Estado de Oaxaca (México) de Ignacio Mendaro Corsini.
El jurado del Premio está formado por la Fundación de Arquitectura Contemporánea (COP), la Fundación Docomomo Ibérico, ARQUIA, las escuelas de Arquitectura de Barcelona, Islas Baleares, Madrid y Valencia, el Consejo Andaluz de los Colegios Oficiales de Arquitectos (CACOA) y los colegios de arquitectos Vasco-Navarro y de La Rioja, y ha valorado la “hábil integración del edificio con el paisaje” y el esfuerzo por conseguir la “adecuada sintonía entre la composición de plantas, alzados y secciones, y el sistema estructural y constructivo escogido, que conecta con la historia de la arquitectura monumental de México”.
Premio de Arquitectura Española Internacional 2019: Archivo General del Estado de Oaxaca (México) de Ignacio Mendaro Corsini.
El edificio está construido en muros de hormigón de color ocre, aludiendo al tono de las tierras de la Mixteca; una arquitectura muraria que se alterna con una secuencia de patios que responde a la climatología y se ofrece como marco de la rica vegetación de Oaxaca.
Por otro lado, el jurado también ha querido reconocer con una Mención Especial el proyecto de ampliación de la Universidad Alioune Diop, en la ciudad senegalesa de Bambey, obra de los arquitectos Javier Pérez Uribarri y Federico Pardos Auber de IDOM. En este caso, reconoce el “gran impacto social” del proyecto y “la sensibilidad que muestra con el entorno sociocultural”. “Desarrolla una arquitectura económica, rápida y resolutiva, adaptada a las necesidades humanas, climáticas y constructivas del lugar”.
Mención especial del jurado del Premio de Arquitectura Española Internacional 2019: ampliación de la Universidad Alioune Diop, en Bambey, Senegal, de obra de los arquitectos Javier Pérez Uribarri y Federico Pardos Auber / IDOM. Fotografía: Francesco Pinton.
El edificio cuenta con una gran cubierta doble de diez metros de longitud, sostenida por una celosía de fachada sur que evitan la radiación solar directa, pero, además, es permeable al aire, puesto que genera un flujo de aire constante entre envolvente y aulas que reduce la temperatura interior en 10-15ºC frente a los habituales 40-45ºC en el exterior, todo ello con un consumo energético nulo. Además, la prefabricación de las piezas de hormigón para la fachada sur, se hicieron de manera artesanal, en la propia obra, lo que permitió dar empleo a más de cien obreros de Bambey durante seis meses. Por otro lado, en el intersticio de las dos pieles que conforman la cubierta, un jardín de citronelas actúa de barrera para prevenir la entrada de mosquitos portadores de malaria.
La entrega de los Premios tendrá lugar el jueves 28 de noviembre en el Hipódromo de Madrid.
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Publicado: Nov 23, 2019