Fachada ventilada de madera acetilada Accoya®

El nuevo edificio del colegio Oak House en Barcelona, de Trasbordo Arquitectura, está planteado de manera ejemplar como edificio responsable con el medio ambiente: se divide en dos bloques para que la exposición de la fachada sur ocupe la mayor superficie posible, la cubierta ajardinada retiene el agua de la lluvia para reutilizarla, el sistema de ventilación y climatización se apoya en un sistema de captación geotérmica, en las plantas semienterradas se utiliza un hormigón ligero estructural de altas prestaciones aislantes, y se selecciona para la planta superior una envolvente ventilada de madera acetilada Accoya® . En este proceso de acetilación no se emplea ningún producto tóxico ni se hace uso de productos químicos que no se encuentren en la propia madera. El resultado es una madera con una elevada resistencia a los agentes atmosféricos y que no necesita mantenimiento.

A lo largo de la historia de la humanidad, se ha otorgado diferentes significados a la expresión “genius loci”, que refleja la necesidad del hombre de entender algo más que una presencia y morfología en los lugares. El fragmento de parcela en la que se ha erigido este nuevo edificio del colegio Oak House School, estaba cargado de sentido paisajístico y valores de la propia comunidad, situado en el barrio Sarrià de Barcelona. Una de las misiones de este proyecto, ha sido escuchar ese sentido y conservar esos valores.

El nuevo edificio debía dar respuesta a la implantación de un programa en una parcela ya parcialmente edificada. Su ubicación responde a la conservación del espacio de recreo de la villa original, que hoy es el edificio de administración del colegio: el denominado french garden. La fragmentación en dos volúmenes, a la necesidad de aportar iluminación y ventilación naturales a la mayor cantidad de superficie de fachada. La disposición de estos volúmenes, a que la orientación fuese principalmente al sur.

La división en dos volúmenes fragmenta el programa por el tipo e intensidad de uso: en uno, por su situación y proporción, se ubica el aulario; en el otro, gobernando las miradas del pequeño campus de bachillerato y visible desde el resto del colegio, se ubica la biblioteca como referencia al conocimiento al que se aspira en la educación.

Desde el punto de vista constructivo y formal: dos fases diferenciadas y una preexistencia (jardín), que representan dos formas opuestas de afrontar la construcción. Una masiva, monolítica, telúrica, semienterrada. Muro de una sola hoja, pesado. Como la arquitectura más primitiva: desde las catedrales a las casas de adobe. Aquí, usada en la fase semienterrada, donde le es más propio, modificando el terreno, convirtiendo con su masiva presencia un jardín de una antigua villa en un “hortus conclusus”, y organizando todo el sistema de circulaciones del proyecto. Esta base monolítica es innovadora, porque se ha resuelto con un hormigón ligero con acabado blanco tanto interior como exterior, que sin disminuir su capacidad resistente aumenta su respuesta como elemento aislante (eso sí, utilizando 45 cm de espesor).

Esta fase masiva sirve de tapete a dos cajas que arrancan a la misma altura que la villa original, con lo que el paisaje desde dicho edificio, frente a la complejidad aparente de la parcela, se traduce simplemente en la sencillez de dos cajas de madera cruda flotantes.

El sistema constructivo de la fase aérea es el contrario: una estructura muy ligera de acero en un sistema casi asimilable al tipo Steel Framing, de junta seca, y una composición del cerramiento con múltiples capas especializadas cada una en una prestación: soporte, estanqueidad, aislamiento, revestimiento... Se trata de una fachada ventilada, en la que la hoja exterior es de tabla machihembrada de grapa oculta de madera.

La ejecución de la fase enterrada concentró gran parte del plazo de ejecución, por lo que esta fase ligera se ideó para que se ejecutase con una gran dosis de prefabricación y ejecución en taller. Se diseña una fachada con fuerte carácter autónomo. Está modulada con exactitud a 60 cm en vertical en todo el perímetro de ambas cajas. En altura, se realiza una prueba industrial in situ de la misma para garantizar que la altura coincide con el ancho de tabla.

Los perfiles en L que definen los distintos niveles horizontales del cerramiento, se replantean una vez se ha realizado dicha prueba industrial, y se exige una colocación de gran precisión, con comprobación mediante estación topográfica. Una vez ejecutada la estructura, ya ajustándose a la modulación prevista, el tablero OSB se atornilla con pistola de pólvora directamente sobre los perfiles estructurales, se ejecutan los rastreles horizontales y entonces se proyecta un aislamiento de poliuretano, para posteriormente colocar los rastreles verticales colocados cada 60 cm, en los que atornillar las grapas que servirán de apoyo a la tabla de Accoya.

Paralelamente se trabajó con el prototipo de contraventana. Se estudia el marco y los sistemas de apertura posibles, y sobre todo la ajustada excentricidad que pueda tener su punto de giro, para evitar el golpeo en fachada por un lado y el enrasado con la fachada de madera por otro. Se diseña una contraventana sencilla, con una tabla de madera directamente atornillada con fijación vista al bastidor por el exterior con el mismo ancho de tabla que el utilizado en el cerramiento opaco, pero en la que se “clarea” una tabla de cada dos, y se coloca estratégicamente por la cara interior otra tabla sensiblemente más estrecha, para mostrar así una “cara vista” de la contraventana al interior, y para que el desfase entre la tabla exterior y la interior garantice un control adecuado a la exposición solar.

La alineación entre las tablas de la contraventana y de la fachada es muy precisa, y la contraventana no se ciñe al hueco acristalado, sino que practica el giro en toda la longitud de la fachada desde el remate inferior hasta el superior. Este logro aporta escala al edificio, y dota al sistema de control solar de carácter de fachada, del mismo modo que lo hace el cerramiento opaco. El sistema de apertura es manual y sencillo, de manera que cualquier usuario puede practicar su apertura, para lograr un paso competo de la luz y de las vistas, en el momento en el que el soleamiento no sea molesto. Se prescribe el redondeo de los cantos de las tablas de las contraventanas para que la madera no esté expuesta en ninguna de sus caras con aristas, si no siempre con cantos romos, para evitar al máximo la posible pudrición en los puntos singulares.

Y especialmente importante en el diseño del edificio es la selección de la madera modificada. Se investigaron los diferentes sistemas de tratamiento de la madera, para la satisfacción de varios objetivos: por un lado, dar garantía al cliente de que el uso de la madera era posible sin apenas coste de mantenimiento (siempre que aceptasen un envejecimiento natural de la madera por exposición solar y a la intemperie, pero sin degradación de la misma), Y, por otro, una madera que pudiera utilizarse de forma “cruda”, sin alteración del color y textura del material, y con una tonalidad clara.

El material que se encontró con estas características fue la madera de pino radiata sometida a un proceso de acetilación, patentado por Accsys Technologies bajo el nombre de Accoya® Wood. Dicho tratamiento modifica la composición bioquímica de la madera de modo que reduce su capacidad higroscópica, fuente de prácticamente todas las patologías de la madera, pues los movimientos que se producen por los cambios de humedad generan grietas que producen roturas que exponen a la intemperie parte del material no tratado y que termina en pudrición.

Se trata de una madera con todas las propiedades organolépticas y mecánicas de la misma, pero “tranquila”, prácticamente sin movimientos, lo que permite detalles constructivos interesantes como el realizado en las esquinas del edificio, o como los cantos vistos en el encuentro con las contraventanas, y que no exige tratar la madera de ningún modo, ni con barnices ni con lasures, dejando que la huella de los agentes meteorológicos impregne la arquitectura, sin menoscabo de su durabilidad.

Además, a diferencia de las maderas tropicales, que naturalmente pueden llegar a obtener una durabilidad similar (aunque generalmente se encuentran en colores oscuros), Accoya Wood se distingue con la prestigiosa certificación “Cradle to Cradle Gold”, que tiene en cuenta el ciclo de vida completo del producto. Proviene de fuentes sostenibles, se utiliza una especie de crecimiento rápido como es el Pino Radiata, su proceso de fabricación no es tóxico, se incrementa su durabilidad por lo que se prolonga el ciclo de vida útil, es totalmente reutilizable y reciclable y puede incinerarse para generar bioenergía. En el proceso de la acetilación, la reacción química que se produce al impregnar la madera con anhídrido acético, genera solamente el mismo anhídrido acético, que se puede reciclar en el propio proceso. Todos estos aportes al uso responsable de los materiales de construcción, fueron también decisivos para la elección del material.

Pdf del artículo Madera inalterable

Proyecto: Edificio de bachillerato Fundación Oak House School.

Autores: Trasbordo Arquitectura y Gerencia de Construcción, S.L. (Justo Orgaz e Ignacio Capapé)

Estudio: Abraham Herreruela, Alberto Arroyo, Concepción Padilla.

Estructura: EUTECA.

Instalaciones: BM Ingenieros

Empresa constructora: Novantia Integral, S.A.

Arquitecto técnico: Roberto López

Madera Accoya: Solvay Acetow.

Distribución Accoya España: Elaborados y Fabricados Gámiz, S.A.

Carpintería - Cerramientos de madera: Pérez Massot, S.L. 

Contraventanas de madera: Gradhermetic

Fotografías: Enrique Cabeza de Vaca

Situación: Sant Pere Claver, 12-18. Barcelona