El fuego en la casa: la chimenea

Nuria Prieto

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El cobijo y el confort se sitúan en el germen de la arquitectura que en países de bajas temperaturas está estrechamente ligado a la introducción del fuego en el interior del espacio. El hogar, la chimenea ya no ocupa el lugar relevante de antaño, pero sigue siendo objeto de interés y ofrece una interesante evolución estética y técnica. La arquitecta Nuria Prieto relata en este artículo una valoración de su presencia en la arquitectura occidental.

El fuego en el hogar

La definición espacial de la arquitectura está determinada por su materialidad, escala y otros muchos valores que se observan a partir de una mirada somera. La percepción de un espacio se determina a través de aspectos organolépticos que se traducen en valoraciones sobre la luz, el color, el tamaño, la textura…pero hay otros parámetros que no resultan tan obvios como la acústica o el confort térmico.

El confort térmico es uno de los principios de la creación de la arquitectura como disciplina, ya que forma parte de la idea de cobijo junto con la construcción del espacio. En este sentido, la adecuación térmica del espacio se encuentra en la génesis arquitectónica ya que se proporciona las condiciones de protección necesarias para no enfermar y para crear un lugar en el que establecerse. Con el abandono del nomadismo, la presencia del fuego como elemento de confort térmico y también como herramienta para el tratamiento de alimentos comienza a ocupar el lugar central del hábitat. La evolución del fuego comienza poco a poco a escindirse funcionalmente como generador de calor y como energía para cocinar.

Muchas viviendas prerromanas europeas coinciden en una volumetría circular de techo de paja cónico que respondía a la situación del fuego en el hogar, un círculo formado por piedras en el que el fuego calentaba el interior y servía para cocinar protegiendo a sus moradores de las inclemencias del tiempo. Imagen: Palloza en O Cebreiro (Lugo) CC BY-SA 3.0. Creado el: 8 de septiembre de 2007 (fecha de carga). Via wikipedia.

La consolidación de los asentamientos, suma la presencia del fuego como generador de calor y agua caliente, a otros factores que nacen del conocimiento del territorio, lo cual genera una cultura del hábitat que acompaña la forma de proyectar y construir hasta el día de hoy.

Desde la perspectiva contemporánea, la presencia del fuego en la vivienda está revestida, al igual que todos los sistemas constructivos, de una organización tecnológica. Sin embargo, el fuego, debido a su carácter antropológicamente atávico, incluye el peso de la construcción vernácula o el entendimiento tradicional de la vivienda en estrecha relación con el lugar.

Fotografía: Victor Bautista via flickr.

La presencia del fuego en la casa, se materializa hoy en día en dispositivos seguros en los que este puede ser controlado tanto en encendido, apagado e intensidad como en sus emisiones y potencia. La expresión más técnica del control del fuego son las calderas y en las chimeneas el componente estético cobra más importancia. Las primeras utilizan una mayor diversidad de combustibles ya que pueden consumir hidrocarburos o derivados del petróleo como gasoil o gas (natural, propano, butano), pero también pellets o carbón. Las chimeneas consumen fundamentalmente madera y derivados de esta, ya que cada vez son menos las que utilizan el carbón.

La chimenea en el espacio doméstico

La posición de la chimenea o de la estufa son determinantes en el diseño de la vivienda. En la arquitectura tradicional siempre lo fue, ya que constituía el centro de la casa, el lugar fundamental para la convivencia debido al confort térmico que creaba a su alrededor, o bien porque compartía su función con la de servir a la cocina, afianzando esa relación directa con el espacio de reunión.

La concepción de la chimenea como elemento “creador” de hogar tiene un fuerte arraigo en la tradición vernácula de cada lugar y sin embargo atraviesa de forma transversal a todas las culturas. Desde los indios korowai que habitan los árboles y sacrifican su hoguera en caso de tener que huir provocando un incendio capaz de frenar al atacante, hasta la diferente comprensión del fuego en la arquitectura tradicional japonesa o la presencia de las chimeneas en los salones formales de la arquitectura burguesa occidental, la presencia de construcciones para contener el fuego responde a criterios arquitectónicos funcionales y morfológicos que en último término definen diferentes tipologías.

Jan Steen, "Fantasy Interior with Jan Steen and the Family of Gerrit Schouten" (circa 1659–1660). Google Art Project.jpg. Jan Steen, Public domain, via Wikimedia Commons.

La chimenea como elemento singular de la composición arquitectónica se solía ocupar el punto central de la casa para evitar pérdidas térmicas y garantizar la correcta climatización del conjunto de la vivienda. En occidente la potencia de la chimenea estaba directamente relacionada con su tamaño, mientras que en la cultura tradicional japonesa el fuego se dotaba de una construcción capaz de aumentar su inercia térmica permitiendo una distribución del calor más sostenida. En los territorios de influencia romana, el hipocausto es el fuego que ocupa la parte inferior de la casa, creando un suelo radiante primigenio capaz de distribuir el calor por toda la superficie de la vivienda. La chimenea desarrolla diferentes morfologías según la tipología, función, economía o estética de la construcción. Las chimeneas construidas como una boca y un tubo de salida de humos son las más comunes en la construcción burguesa occidental, mientras que los fuegos en el suelo o lar lo son en las viviendas vernáculas de cualquier cultura.

Antoni Gaudi, Casa Vicens (1883-1888), Barcelona. Via patrimoni.gencat.cat.

Otras opciones: estufas y cocinas de leña

SI la chimenea es un argumento de proyecto en la concepción de la arquitectura vernácula, la estufa y la cocina son elementos que forman parte del sistema de climatización, pero además aportan una segunda capa funcional. La cocina y la estufa de leña, suelen asociarse a arquitecturas alejadas del entorno de la ciudad dado el impacto espacial de su presencia en el diseño de la vivienda, ya que requieren más espacio a su alrededor para que su función se optimice. En la arquitectura urbana, las viviendas se comprimen hasta el punto de reducir al mínimo estancias como el baño o la cocina, impidiendo la colocación de una cocina de leña que requeriría mucho espacio además de un lugar en que almacenar el combustible.

La cocina de leña en la vivienda es una pieza que transforma la morfología de la misma, ya que esta gravitará hacia el espacio en que se encuentre esta, creando un lugar de reunión en la casa que requerirá de una nueva definición dimensional, mayor que el de una cocina urbana contemporánea. La cocina de leña genera un entorno a su alrededor muy diferente al de la chimenea, ya que la primera tiene un aspecto funcional ligado al procesado de la comida y al calentamiento de agua, mientras que la segunda suele proporcionar u espacio para la relajación menos dinámico. La estufa de leña, constituye un punto intermedio entre ambas, ya que no sólo puede encontrarse en los espacios de reunión de la casa, sino que era común también en otras estancias en muchos casos sustituyendo la opción de colocar una chimenea que requeriría más esfuerzo constructivo.

"Federico de Madrazo en su estudio", 1885-1894, anónimo, gelatina/colodión sobre papel fotográfico, 170 x 229 mm, Madrid, Museo del Prado (no expuesto). Espacio acondicionado con una estufa.

La estufa tiene una particularidad, y es que suele ocultar más la presencia del fuego, al igual que en la cocina, pero su capacidad radiante se mantiene intacta. A diferencia de la chimenea, presenta una superficie horizontal, caliente, que se suele utilizar de forma improvisada compartiendo funciones con la cocina de leña como calentar o secar prendas, herramientas (como las antiguas planchas) alimentos o bebidas. La capacidad radiante de la estufa, ha sido tradicionalmente aprovechada a través de sus conductos de extracción, ya que el humo disipa el calor, provocando que el propio conducto radie calor. La flexibilidad de la estufa en el sentido de la composición espacial es tal, que se trasladó a algunos ámbitos laborales, ya que a través de los conductos era posible calentar grandes espacios con muy poca inversión.

Estufa de leña en un dormitorio Shaker y fotografía de la estufa. Imagen del dormitorio: Interior shaker via wikimedia commons; colección de estufas Shaker en el Museo Shaker, New Lebanon, NY, EE UU.

La cultura Shaker, desarrollada en Estados Unidos a finales del siglo XVIII, ofrece buenos ejemplos del uso de la estufa de leña, ya que optimiza las características de la misma para climatizar edificios de viviendas comunitarias. Los Shaker disponían de manera muy inteligente las estufas, y distribuían los tubos de extracción de las mismas recorriendo los espacios de trabajo comunes, así como las zonas de estar para garantizar el confort del espacio. Pero además optimizaron esta tecnología diseñando armarios capaces de secar la ropa con el calor residual de las estufas. Aunque muy arcaico, el sistema sentó un precedente en las posibilidades de la modernización y mejora de las instalaciones térmicas en edificios, así como la diversificación de usos del calor residual.

Aldo van Eyck, estufa en la casa familiar en Loenen aan de Vecht, Países Bajos. Fotografía: J. Vernsnel / The Aldo van Eyck Archive: 4801_SteelRing_JVernsnel.

En esta línea de sobria funcionalidad se encuentra, ya en el siglo XX, la propuesta del arquitecto Aldo Van Eyck de diseño de estufa, que concibe como un cilindro de pequeñas dimensiones apoyado en el suelo y conectado a la pared únicamente para extraer los gases de la combustión. Lo que resulta más interesante de esta pieza es el conjunto de piezas que e disponen a su alrededor para dotar de singularidad a la estufa. En torno a ella se coloca una circunferencia metálica que sirve para proteger al usuario del calor excesivo, pero también como apoyo de una superficie horizontal que hace las veces de mesa de café. 

Las estufas como elemento radiante de gran alcance con conductos integrados para extender el calor por toda la vivienda, ha tenido un evolución importante en las últimas décadas, incluso sustituyendo a la chimenea al no tener la exigencia constructiva de esta. 

Estufa con horno integrado de carbel.net.

La chimenea en el proyecto arquitectónico

“La tradición no es la adoración de las cenizas, sino la conservación del fuego” Gustav Mahler (1860-1911)

Hanna House, Frank Lloyd Wright. Fotografía: sswj via flickr

La historia de la chimenea en la arquitectura contemporánea tiene varios nombres propios, que han interpretado no sólo su posición con respecto a la organización de la casa, sino también en la propia materialidad y diseño de la pieza. El arquitecto Frank Lloyd Wright, en su búsqueda por crear una vivienda cómoda y con identidad americana, entiende la chimenea como un elemento básico para la casa. Esta pieza se constituye en el germen de la arquitectura contemporánea, como el núcleo de convivencia de la casa. La arquitectura de Frank Lloyd Wright, muy arraigada a la tradición norteamericana exportada por los colonos del norte de Europa, y especialmente las Prairie Houses tienen su génesis en la chimenea. Las Prairie Houses de Wright suelen definirse como ejemplo de integración de la chimenea en la vivienda en consonancia con el proyecto de arquitectura, pero son muchos los arquitectos que han prestado especial atención a esta pieza en sus proyectos, especialmente aquellos procedentes de entornos con inviernos duros.

Las chimeneas diseñadas por Wright no son piezas especialmente singulares, pero sí el espacio que las rodea, que es orgánico y rico, adaptado al impacto que produce la fuente de calor. La influencia de la obra de Wright en la arquitectura del siglo XX se manifiesta evidentemente a través de su obra, pero también la de sus discípulos o seguidores. John Lautner, exalumno del Taliesin, y arquitecto definidor en gran medida de la arquitectura orgánica californiana. Lautner hace de la chimenea, no sólo el centro del espacio de reunión, sino que la convierte en el centro de gravedad del mismo. Las chimeneas diseñadas por Lautner son piezas singulares, casi escultóricas que dignifican la fuente de calor como un elemento que sobrepasa lo funcional, para transformarse en algo que dotaba de identidad al espacio de estar, y a la vivienda. La Residencia Schaffer, la Casa Silvertop, la casa Chemosphere, la casa Elrod, son ejemplos del uso de la chimenea a la forma de Lautner. En todas ellas la presencia de la chimenea aparece como un elemento pesado, pétreo y cavernoso, en el que el fuego parece emerger desde una gran profundidad. La posición del fuego, central pero al mismo tiempo de presencia natural, permite comprender la incorporación del fuego a la convivencia doméstica.

Esta tradición constructiva americana es seguida también por Robert Venturi aplicando una visión si cabe más naturalista o abierta que la de Lautner. En la casa diseñada para su madre (1962-1964), hace del fuego un acontecimiento que emerge de un muro. 

Robert Venturi, Casa para Vanna Venturi, 1962. Via Danielm, carga: 11.06.2014 en 101planosde casas.com.

En Europa la forma de la chimenea en el proyecto arquitectónico, quizás por la convivencia con la arquitectura popular, se desarrolla de formas más vanguardistas. El arquitecto Edwin Luytens, es en ese sentido una figura determinante en el proceso de modernización de algunos elementos tradicionales como la chimenea. Luytens planta la adaptación de los elementos clásicos a las necesidades modernas del tiempo. Aunque la presencia de la chimenea en sus obras mantiene la estructura organizativa tradicional, su materialidad es trabajada de una forma diferente creando una nueva estética en la arquitectura británica. Estas propuestas moldean la estética exterior y el volumen de la casa.

Edwin Lutyens. Casa de campo en Goddards, Surrey, England (1898-1900, ampliada en 1910). Fotografía: Suspensa Vix. Licencia Creative Commons. Via wikipedia. Creado 17.12.2015.

Mies van der Rohe transforma esta estrategia a la planta de la vivienda. Las brick houses, con la ruptura de la caja y lenguaje neoplasticista, incorporan la chimenea como elemento compositivo integrado dentro de la morfología creada por el solape de los planos.

Mies Van Der Rohe, Brick Country House, 1924, Neubabelsberg, Alemania. Via plansofarchitecture.tumblr.com

En la cultura arquitectónica nórdica, el arraigo a la chimenea forma parte de la cultura popular. Los espacios de convivencia no son comprensible sin un diseño integrado y protagonista de ésta. Gunnar Asplund en la Stennaes Sommarhaus crea un espacio de chimenea abierto y vinculado a una escalera. Escalera y chimenea son flexibles, es decir, la escalera se constituye en graderío o espacio de estar, mientras que la chimenea proporciona una campana de grandes dimensiones en la que calentarse o cocinar de manera informal. Al igual que las diseñadas por Lautner, la forma de la chimenea dota de identidad y singularidad al espacio a través de su presencia.

Stennaes Sommarhaus de Gunnar Asplund. Fotografía: Sune Sundahl. Via wikimedia commons

Ralph Erskine, hace del funcionamiento de la chimenea un argumento de proyecto para su refugio (The Box, 1941), en el que la pieza es singular, casi tanto como el espacio destinado a almacenar la leña. Esta experimentación le sirve como ensayo para el diseño de chimeneas en sus proyectos como la Villa Drottningholm en Estocolmo.

Villa Erskine (1956-19563), Drottningholm, Suecia. Via Atlasofplaces.com.

En España, en la década de los cincuenta y sesenta, la presencia de la chimenea en la arquitectura doméstica tiene una componente orgánica cercana a Wright o Lautner. Corrales y Molezún o Francisco Javier Sáenz de Oiza incorporan en obras como la Casa Huarte o la Casa Fernando Gómez, chimeneas que son en realidad un espacio de estar en sí mismas, ya que su entorno está formado por un plinto pétreo sobre el que se colocan cojines, libros, o mesas, de tal forma que todo parece constituir un enorme mueble para la convivencia. 

Casa Huarte, de José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún Fotografía: via Urbipedia.

Miquel Milá, chimenea DAE, 1976. Via dae.es

Paralelamente a la investigación de la chimenea como elemento pétreo, integrado e incluso disimulado, nace la chimenea como elemento singular. Los diseñadores definen piezas individualizadas para colocar de manera inmediata sin haber sido generados por el propio espacio. Es el caso de diseñadores que se han especializado en este elemento, como el escultor francés Dominique Imbert (1940-2021) que en 1967 creó el icónico modelo Gyrofocus, chimenea suspendida giratoria que tiene su lugar en los grandes museos de arte y diseño del mundo, o en España, los diseños de chimeneas de Miquel Milá, entre los que destaca el modelo DAE de 1976 pieza de una abstracción escultórica que acompañó los espacios de la nueva arquitectura que se abría paso a comienzo de los setenta

Chimenea Gyrofocus de Dominique Imbert de 1967, modelo que en 2021 se adapató a la normativa que no permite el fuego abierto en el hogar. Chimenea Gyrofocus acristalada.

Nuevas tecnologías del fuego

Las chimeneas, cocinas de leña o estufas son en realidad sistemas térmicos de arraigo tradicional, por lo que el sistema en sí mismo no atraviesa cambios sustanciales en sus perspectivas de futuro, pero los avances tecnológicos permiten afinar muchos aspectos implicados en su construcción o en su integración en el espacio. Los principales avances se producen en salubridad (facilidad de limpieza, filtros), eficiencia energética (aislamiento y sellados) y estética (formas que permiten un uso más próximo y soluciones organolépticas capaces de adaptarse a cualquier lenguaje arquitectónico).

El fuego en el hogar es una de las primeras tecnologías integradas desarrolladas por el ser humano para garantizar una mejor calidad de vida dentro del espacio de convivencia. Y aunque su desarrollo tecnológico sea cada vez mayor, la ‘magia’ contenida en la contemplación del fuego seguirá siendo una imagen detenida en la memoria que define la palabra hogar, y desde una perspectiva más amplia, el hábitat humano.


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Editado por:

Nuria Prieto. Tectónica

Publicado: Apr 11, 2022

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