El aluminio es un material que ha acompañado a la mejor arquitectura del siglo XX y en el nuevo siglo mantiene sus valores y características evolucionando para ofrecer un material acorde a las exigencias de sostenibilidad de la edificación contemporánea.
Diez valores destacan para elegir perfiles y carpinterías de aluminio en obras de nueva construcción y de rehabilitación.

El prestigioso laboratorio TECNALIA publicaba el estudio “La influencia del marco de la Ventana en la Calificación Energética y en la Demanda de Energía de los edificios” cuyas conclusiones son:

La Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro de 1992 acuñó la definición oficial: “Se llama desarrollo sostenible a aquel desarrollo que es capaz de satisfacer las necesidades actuales sin comprometer los recursos y posibilidades de las futuras generaciones”.
La fabricación de aluminio ya ha cumplido más de 100 años lo que significa que ya ofrece un volumen de material manufacturado inmenso, suficiente para poder satisfacer la demanda de material reciclado y dedicar un porcentaje muy importante de su producción a la economía circular, en consonancia con los objetivos de descarbonización de la edificación.

Es muy fácil encontrar edificios con carpintería de aluminio construidos hace décadas que mantienen intactas sus cualidades, como recoge en el trabajo “Aluminium and Durability. Towards Sustainable Cities” de Michael Stacey.
Setenta años después de su instalación, las ventanas del Empire State Building de Nueva York se revisaron para adaptar sus vidrios a las modernas tecnologías de control solar y ajustar sus herrajes para comprobar su correcto funcionamiento. Tras una limpieza, el aluminio sigue siendo el mismo.
Hay aluminio sin sufrir alteraciones en las fachadas de fantásticos edificios con más de 100 años de antigüedad.
Cuando se elige aluminio para las ventanas y otros cerramientos en arquitectura, se está optando por el material más duradero y, por lo tanto, el único que mantiene invariables sus virtudes con el paso de los años, sin sufrir deformaciones, alteraciones, pérdidas de estanqueidad, curvaturas, degradaciones de color por el sol, etc.

En proyectos que buscan certificación Cradle to Cradle (C2C), el uso de componentes de plásticos derivados del cloro (perfiles, tuberías, revestimientos, membranas, etc.) suele reducir la puntuación en los criterios de salud de materiales y circularidad o exigir planes de sustitución por alternativas más seguras.
Por ello, muchos manuales y consultorías C2C recomiendan evitar los plásticos derivados del cloro siempre que existan opciones técnicas viables (por ejemplo, otros polímeros, metales o soluciones de base biológica), especialmente en productos de larga vida útil en edificios.

Elegir ventanas de aluminio proporciona una gran seguridad en caso de incendio.
El aluminio no arde, ni emite ningún tipo de sustancia tóxica. Su punto de fusión es de 660º C, una temperatura muy por encima de otros materiales de construcción, la cual se alcanza, en todo caso, cuando el incendio está en una etapa muy avanzada.
En el caso de cubiertas y tejados, la incombustibilidad del aluminio y su punto de fusión favorecen que el edificio se “abra”, permitiendo salir el calor y el humo en caso de incendio. Esto reduce la carga térmica sobre importantes elementos de la estructura, ampliando el tiempo disponible para la evacuación del edificio y facilitando la labor de extinción del incendio.
El Centro tecnológico Gaiker aporta datos sobre la respuesta ante el fuego de tres materiales habituales en la fabricación de ventanas: “Ensayos de comportamiento al fuego de tres materiales (Aluminio, madera y pvc) para comparar la densidad de humos generados y la toxicidad de los gases emitidos durante la combustión de los mismos”.

Instalar ventanas con una buena resistencia anti-intrusión minimiza los riesgos.
El aluminio es un material altamente resistente que no necesita refuerzos interiores para asegurar sus prestaciones. Esta resistencia permite crear soluciones que dificultan enormemente intrusiones forzosas.
Mientras que otros materiales son fáciles de quebrar y deformar con un golpe fuerte, una palanca o un taladro a pilas, un buen producto de aluminio ofrecerá una resistencia mucho mayor y dificultará enormemente el acceso.

Las ventanas de aluminio, al estar realizadas de un material indeformable y resistente, permiten tener perfiles de menor grosor, y por lo tanto diseñar ventanas con un marco más estrecho, lo que maximiza el área acristalada, pudiendo llegar a que el vidrio represente 85% de la superficie total de la ventana. Todo esto implica un mayor espacio acristalado y por lo tanto mayor luminosidad o ganancia de luz en la estancia donde se coloquen, aspecto muy necesario en habitaciones interiores o con huecos de pequeño tamaño.

El aluminio es un material que permite una gran libertad de creación por ofrecer una gran diversidad de aperturas y tipologías, que pueden adaptarse a nuevas exigencias de los proyectos, con infinitas posibilidades de diseño y acabados, incluso opciones bicolor ya que es muy sencillo incorporar un tratamiento de calidad en su superficie.

Garantizar la calidad de los productos es una prioridad para el sector del aluminio.
Por esto motivo, para tener garantía en los acabados de soluciones realizadas en aluminio, el sector posee 3 marcas de calidad de reconocido prestigio internacional: Qualicoat para el aluminio lacado, Qualanod para el aluminio anodizado, y Qualideco para acabados decorativos del aluminio como el efecto madera.

Al analizar el coste de un cerramiento, se deben tener en cuenta en la inversión la duración y la inalterabilidad del material, garantizando las prestaciones a lo largo del tiempo.
De los factores analizados, es evidente que la ventana del futuro y del presente debe estar elaborada con materiales sostenibles, realmente reciclables y que fomenten la economía circular. Estas características son básicas, ya que de ellas depende participar en la construcción de un mundo mejor.
Junto con los principales factores a tener en cuenta, también se deben valorar otros como la durabilidad y la eficiencia energética.
Al analizar los estudios comparativos se llega a la conclusión que el ALUMINIO es el material más adecuado para confeccionar las ventanas del futuro, seguido por la madera:

Por todos estos beneficios, el aluminio continuará imponiéndose frente a otros materiales alternativos, en una industria que cada vez demanda más el impulso y apoyo del crecimiento inteligente, sostenible e integrador.
Para aclarar cualquier duda, está en marcha la página www.lamejorventana.es, una iniciativa web pionera en el sector del aluminio que, apoyándose en informes técnicos solventes, desmonta mitos y busca concienciar sobre los beneficios de las ventanas de este material para la sociedad.
Mas información en: https://laventanadelfuturo.es/
Texto e imágenes: Asociación Española del Aluminio -AEA-
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Publicado: Dec 9, 2025