La reconsideración de la técnica usada históricamente para hacer molduras decorativas de yeso hizo posible la creación de los paneles. Originalmente, esta técnica consistía en pasar repetidas veces por el yeso aun húmedo un troquel contorneado (cuchillo) contenido en un soporte que se deslizaba a lo largo de un carril recto. Con esta adaptación se introduce la posibilidad de que el troquel y el soporte se muevan independientemente el uno del otro a lo largo de los carriles curvos. Esto permite crear paneles rectangulares en los que el perfil contorneado oscila tanto en planta como en sección a lo largo de ellos. Las formas resultantes son curvas elegantes en vez de simples extrusiones rectas. En conjunto, la geometría dentada de los paneles se abre y despliega, ganando importancia, presencia y belleza cuando se prolongan por toda la superficie de la pared.
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